El lunes, los dólares de Australia y Nueva Zelanda se mantuvieron cerca de los máximos semanales, ya que los activos de riesgo recuperaron la demanda en medio de las expectativas de que los políticos de todo el mundo tomarían medidas para apoyar el crecimiento económico.
Inmediatamente, tres eventos del viernes apoyaron a las monedas riesgosas. En primer lugar, Pekín anunció una nueva ronda de negociaciones comerciales con Washington que notablemente debilitó la política monetaria y redujo los requisitos para las reservas bancarios con la finalidad de respaldar la economía del país. Además, los inversores se mostraron encantados con el presidente de la Fed, Jerome Powell, y dijeron que sería paciente con respecto al aumento de las tasas de interés. Estos eventos dieron un impulso al mercado de valores y ayudaron a las monedas sensibles al riesgo a actualizar sus máximos.
Sin embargo, los operadores deben prestar atención al hecho de que el impulso a corto plazo ayudó a estas monedas a estar en la cima, pero los riesgos que anteriormente los enviaban a mínimos de diez años continúan. En particular, cualquier desaceleración en la producción en los Estados Unidos o China podría ejercer presión sobre el dólar australiano.
Recordemos que los dólares neozelandeses y australianos cayeron en picada la semana pasada, en medio de crecientes preocupaciones sobre una posible recesión en los Estados Unidos, que cuestionó el incremento en la tasa de la Fed. La incertidumbre que resulta de la guerra comercial entre Estados Unidos y China también se convirtió en una carga para el mercado después de los decepcionantes datos de producción en ambos países.