La mayoría de los expertos están de acuerdo en que la demanda del metal amarillo será alta en los próximos años. En muchos aspectos, factores como la prolongada confrontación comercial entre China y los Estados Unidos, la desaceleración del crecimiento económico mundial, la inestabilidad geopolítica general y los disturbios en los mercados financieros contribuyeron.
Según la compañía analítica Australia & New Zealand Banking Group (ANZ), los principales bancos centrales del mundo tienen la intención de continuar la compra global de oro. Entre esos países, Rusia, Turquía, Kazajstán y China son líderes. El volumen de compras de metales preciosos por parte de estos estados superará las 650 toneladas de oro por año según las estimaciones preliminares. Según ANZ, los reguladores globales representan aproximadamente el 10% del consumo mundial de metales preciosos. Los representantes del Consejo Mundial del Oro enfatizan que en los primeros seis meses de este año, los principales bancos centrales aumentaron sus reservas de oro en 374.1 toneladas. Los expertos de ANZ confían en que esta tendencia continuará.
No solo los países individuales, sino también la mayoría de los inversores profesionales están aumentando activamente la participación de los metales preciosos en sus carteras. En primer lugar, el oro les pertenece. Según los expertos, el metal amarillo representa aproximadamente el 40% de la demanda de inversión. En el contexto de su aumento, el costo de los metales preciosos en agosto alcanzó máximos de seis años.
Durante varias semanas, se registró el crecimiento de los precios del "oro". El lunes 26 de agosto, el precio del metal amarillo alcanzó su nivel más alto en $1,551 por 1 onza troy desde abril de 2013. El martes, el metal precioso perdió terreno, habiendo caído en el precio a $1,538 por 1 onza. El oro actualmente se cotiza a alrededor de $1,530 por onza.
El gobierno de varios países está aumentando la participación de oro en sus reservas debido a los altos riesgos de una desaceleración en el crecimiento económico en medio de la escalada del comercio y las tensiones geopolíticas. Según ANZ, algunos estados, adquiriendo metal amarillo, buscan reducir la participación del dólar en sus reservas.