Estados Unidos planea reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para fines de esta década, lo que es casi el doble de sus compromisos anteriores. Pero para lograr esto, se necesitan cambios serios en la industria de la energía eléctrica, el transporte y otras industrias.
Este recorte es parte del compromiso de la Casa Blanca de evitar que la temperatura media global suba más de 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit) por encima de los niveles preindustriales. Presumiblemente, la administración de Biden anunciará un plan climático preconcebido antes de la cumbre a finales de este mes.
Los objetivos discutidos incluyen una reducción del 48-50% en las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 2005.
En comparación, bajo el expresidente Barack Obama, EE.UU. se comprometió a reducir las emisiones de calentamiento global del 26% al 28% para 2025. Los países que firmaron este acuerdo están programados para reunirse nuevamente en noviembre para hacer otro compromiso.
Obviamente, Estados Unidos busca reconstruir la confianza con otros países, especialmente desde que el ex presidente Donald Trump retiró al país del acuerdo climático de 2015.
Hasta la fecha, Estados Unidos obtiene aproximadamente el 40% de su electricidad de energía nuclear y renovable. Pero tendrá que duplicar su energía libre de carbono al 80% para 2030 para poner al país en el camino a reducir las emisiones lo suficiente para cumplir con su nuevo objetivo.
Los ambientalistas también están presionando a la Casa Blanca para que incluya un compromiso claro de reducir las emisiones de metano en un 40%. Esto permitiría a Estados Unidos reducir las emisiones equivalentes a retirar de las carreteras 140 millones de vehículos que funcionan con gasolina.
En este momento, EE. UU. está cerca de su objetivo anterior de tener emisiones un 14% por debajo de los niveles de 2005. El descenso fue muy pronunciado el año pasado, un 23,8% por debajo de los niveles de 2005, pero solo debido a las cuarentenas relacionadas con la pandemia que redujeron los viajes por aire y tierra.
Cuando se firmó el Acuerdo Climático de París, los países se comprometieron a tratar de mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2 grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit). Pero ahora los investigadores creen que el límite de 1,5 grados es necesario para evitar algunos de los efectos más desastrosos del cambio climático.
De hecho, tanto el Reino Unido como la Unión Europea se han comprometido a reducir las emisiones en un 68% y un 55%, respectivamente. Y según los analistas, la promesa de Estados Unidos no es suficiente para limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Debería reducir las emisiones entre un 57% y un 63%.