Posiblemente las acciones de Tesla sigan cayendo en los próximos uno o dos años. A esa es a la conclusión a la que llega un mayor número de inversores. Hace poco, escribimos que Michael Berry, el inversor que predijo la crisis de 2008, está apostando contra el crecimiento de las acciones de Tesla. Y su posición corta está valorada en 500 millones de dólares. En otras palabras, se trata de una posición pequeña y arriesgada que podría generar grandes beneficios, por lo que el riesgo que conlleva está justificado. Esta es una posición realmente poderosa que habla de la seguriridad que tiene el inversor en lo que está haciendo. Berry ya había comparado las acciones de Tesla con una burbuja. El inversor también compara el rápido crecimiento de las acciones del fabricante de automóviles en el último año con el mercado hipotecario inflado en 2008, que posteriormente condujo al colapso. El analista de Wells Fargo, Colin Langan, también llegó a conclusiones algo más suaves. En su opinión, aunque es probable que las ventas de automóviles de Tesla crezcan en los próximos años, todavía hay algunas razones que deberían hacer dudar a cualquiera que se plantee comprar las acciones a su valor actual. En su opinión, el precio actual de las acciones de Tesla implica que las ventas de coches eléctricos se multiplicarán en los próximos 10 años. Incluso si hablamos de cifras reales, se supone que la empresa debe vender unos 12 millones de coches en los próximos 10 años, lo que supera el número de ventas de cualquier empresa automovilística en este momento. Colin Langan está preocupado por la escala de producción de coches eléctricos de Tesla y se pregunta si todos los coches producidos encontrarán demanda. Tesla podría producir 1,7 millones de coches en 2022 cuando amplíe su capacidad de producción, pero ¿puede el mercado digerir esa cantidad de coches eléctricos, dado que Tesla no es la única compañía que fabrica coches ecológicos? Asimismo, preocupa la tensa relación entre China y Estados Unidos. Recientemente se supo que Tesla se negó a ampliar su planta en Shanghai, y China es el consumidor número uno en el mundo de los coches eléctricos de Elon Musk. Además, el analista señala que el coste de las materias primas para la producción de los acumuladores eléctricos aumentó el año pasado en un 50%, por lo que cada coche podría subir de precio en 1.400 dólares. Langan también señala que Tesla está promoviendo activamente la tecnología de los drones para sus coches, pero en Estados Unidos, el gobierno podría exigir un conductor obligatorio. Sencillamente, no permitir los coches sin conductor a nivel estatal. En ese caso, todos los desarrollos de Tesla en esta área simplemente no encontrarán aplicación. Al menos, no en los próximos años.
Técnicamente, las acciones de Tesla han bajado unos 200 dólares en las últimas 5 semanas. Por el momento, el umbral de 539 dólares, que es el mínimo alcanzado desde el 5 de marzo, impide que el valor siga cayendo. El precio de las acciones se ha alejado de este nivel crítico en los últimos 4 días, pero eso no significa que la tendencia bajista se haya interrumpido. Actualmente, las acciones se cotizan a 606 dólares, lo que está ligeramente por debajo de la línea Kijun-sen, a partir de la cual podría producirse un rebote.
