El petróleo sigue aumentando su precio, acercándose a los máximos de varios años. El principal impulso al crecimiento es la esperanza de una mejora de la demanda en el segundo semestre del año, en medio de la eliminación gradual de las restricciones de circulación en los principales países del mundo. Los contratos futuros de agosto de la mezcla de petróleo del Mar del Norte, Brent, subieron un 0,29%, hasta los 73,07 dólares por barril. Los contratos futuros de julio del WTI crecieron un 0,31%, hasta los 71,1 dólares por barril.
Los informes de la OPEP y de la Agencia Internacional de la Energía publicados la semana pasada mostraron un excelente comportamiento. De modo que la demanda mundial de petróleo tiene muchas posibilidades de recuperar los niveles de 2019 para finales de 2022, y los países de la OPEP+ cumplieron los términos del acuerdo que la alianza aceptó en mayo en un 125%.
Los países de la OPEP, junto con los principales productores de petróleo, incluida Rusia, redujeron temporalmente su producción para sostener el precio de la energía petrolera durante la crisis del covid. Todo ello contribuyó a crear un cierto déficit de oferta en el mercado, que podría prolongarse durante los próximos seis meses. La escasez de materias primas creada deliberadamente en el mercado, por lo visto, no se ve amenazada en absoluto ni siquiera por el debilitamiento de las restricciones existentes en la producción de petróleo en la segunda mitad del año.
El director de la empresa Vitol Trading, Russell Hardy, está convencido de que el precio del oro negro se moverá entre 70 y 80 dólares por barril este año. La causa de las oscilaciones son las expectativas de los participantes en el mercado de que la OPEP sea capaz de mantener las actuales limitaciones de producción sin flexibilidades adicionales.
La probabilidad de un resultado favorable de las negociaciones sobre el acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán está creando cierta tensión en las cotizaciones del petróleo. En caso de reanudación del programa nuclear del 2015, se producirá un flujo adicional de petróleo iraní en el mercado energético, lo que aumentará las reservas del portador de energía. Las conversaciones indirectas entre Washington y Teherán se reanudaron el sábado en Viena y, a juzgar por las declaraciones de la UE, se están desarrollando con bastante intensidad.
A estas inquietudes se suman las estadísticas de inventarios de petróleo de la EIA, que mostraron un aumento de las reservas de gasolina y destilados. Si esta semana muestra una dinámica similar de los productos petroleros, no se descarta una corrección.
