General Electric, fundada en el siglo XIX, es uno de los símbolos de la economía estadounidense. Desde hace décadas, está a la vanguardia del progreso científico y tecnológico. Pero hay que decir que los últimos años han sido de muchas decepciones.
Desconocemos si el inolvidable Edison se revuelve en su tumba, pero es dudoso que le hubieran gustado las actuales tendencias de desarrollo. No fue siquiera la pandemia de coronavirus, aunque ciertamente empeoró las cosas. Lo más catastrófico fue el período anterior, 2017 y 2018, que estuvieron marcados por una crisis sistémica en casi todos los segmentos de las operaciones de la empresa, especialmente en la rama de la energía, que fue acompañada por una caída crítica del precio de las acciones. Naturalmente, se tomaron ciertas medidas (reestructuración del negocio, reducción de costes), que permitieron normalizar parcialmente la situación, y el año pandémico de 2020 resultó ser rentable como consecuencia. Pero ni siquiera este hecho puede considerarse un motivo para estar tranquilos.
Lamentablemente, la empresa tampoco estaba muy contenta con su balance financiero del primer trimestre del año presente. Desde luego, los ingresos de 17.100 millones de dólares corresponden al nivel de cualquier trimestre del año anterior. Pero la pérdida neta de 2.800 millones de dólares está en contraste con los beneficios del periodo anterior (2.600 millones de dólares) y del periodo similar de hace un año (6.200 millones de dólares). Por otro lado, debemos mencionar los pagos de dividendos, que se siguen realizando, pero su volumen se mantiene constantemente en el nivel de 1 céntimo por acción.
En cuanto a las acciones de GE, podemos afirmar que la renovación de los mínimos históricos como resultado de la activación del COVID-19 cambió a la tendencia alcista que se mantiene hasta la actualidad. Aparentemente, las medidas de estabilización de la situación financiera tomadas por la administración de la empresa son favorables al espíritu alcistas de la mayor parte de los inversores y son contempladas directamente como el motor de crecimiento por algunos analistas. Por ejemplo, la opinión competente de Goldman Sachs publicada hace unos días sobre las perspectivas de un mayor crecimiento del precio de las acciones hizo temblar el mercado y trazó una tendencia al alza. Por supuesto, no todo es tan lineal, pero quiero creer que el segmento de la aviación de la empresa se recuperará gradualmente junto con el desarrollo de otros sectores, y esto implicará la prolongación del crecimiento de los activos.
