Ayer, el oro comenzó el día con un descenso dentro de la corrección y luego fue creciendo rápidamente. El máximo fue de 1.819,50 dólares, pero los lingotes no pudieron mantenerse cerca de él.
Al final de la sesión bajaron a 1.800,20 dólares. En consecuencia, la diferencia con las operaciones anteriores fue de 1,90 dólares, es decir, un 0,1%. El oro fue salvado de pérdidas más considerables por la caída sincrónica del dólar y del rendimiento de los bonos del Estado de EE.UU., que cayeron hasta el mínimo de febrero.
Por otra parte, los principales índices bursátiles estadounidenses también se desplomaron el jueves en medio de la creciente preocupación por la ralentización de la actividad económica. Mostraron su peor rendimiento intradiario de las últimas 3 semanas.
Por un lado, la caída de la bolsa ayudó al metal precioso a mantenerse por encima del nivel psicológico de los 1.800 dólares. Por otro lado, a las ventas masivas de activos de riesgo fiables les siguió un "adiós" de pánico, entre los que tradicionalmente se encuentra el oro.
A pesar de esto, el viernes por la mañana el activo amarillo pudo reanudar su crecimiento, tras encontrar apoyo en las noticias sobre el "coronavirus". La activa propagación de la agresiva cepa delta pone en duda la continuidad de la recuperación económica en el mundo. En este contexto, el atractivo de la inversión en activos de refugio, incluido el oro, es cada vez mayor.
Hoy, en el momento de la preparación de este material, el principal metal precioso se cotizaba a una cifra de 1.801,45 dólares. Si lo comparamos con el jueves, el coste de las barras creció de forma insignificante: 1,15 dólares, es decir, un 0,06%.
Así, la plata continuó su tendencia a la baja. Ayer las cotizaciones cayeron un 0,2%, hasta 25,98 dólares, y hoy han bajado otro 0,21%, hasta 25,93 dólares.
Otros metales también cayeron el jueves. El platino bajó un 0,7% y alcanzó los 1.074,50 dólares. El paladio cayó un 1,3%, situándose en 2.810,20 dólares. El cobre perdió un 1,3% y cerró a 4,2645 dólares.
El precio de estos activos se vio afectado por el riesgo de disminución de la demanda debido al aumento de la incidencia del coronavirus en el mundo. En el caso del oro, por el contrario, este factor debería convertirse en uno de los principales catalizadores del crecimiento a medio plazo, opinan los analistas de Oanda.
Su colega, Chintan Karnani, de Insignia Consultants, considera que, en el contexto de la actual incertidumbre en torno a la situación epidemiológica, el precio del activo puede empezar a despegar rápidamente. Esto ocurrirá si los lingotes consiguen superar los 1.821,40 dólares. Si esto ocurre, los inversores tendrán que cerrar las posiciones cortas.
