El lingote continúa bajo la presión de los osos hoy. El viernes por la noche se produjo una venta masiva de los contratos de futuros del oro tras la publicación de unos datos del mercado laboral estadounidense más fuertes de lo esperado.
A finales de la semana se supo que en julio se crearon 943.000 puestos de trabajo en EE.UU., una cifra muy superior a la prevista. Los economistas estiman que la cifra podría haber sido de 870.000.
Al mismo tiempo, la tasa de desempleo bajó al 5,4% desde el 5,9% de junio. También fueron positivos los salarios, que subieron por encima de las expectativas.
Las estadísticas optimistas demuestran que la economía se está recuperando y dejan entrever que las medidas de estímulo de la Reserva Federal se están retirando más rápidamente, lo que es bueno para el dólar y los rendimientos de los bonos estadounidenses.
A raíz de estos datos alentadores, el índice del dólar subió el viernes un 0,61% frente a sus seis principales homólogos, mientras que la rentabilidad de los bonos a 10 años saltó del 1,21% al 1,30%.
Esta dinámica ha debilitado la demanda de metales preciosos. Los inversores dieron la espalda al oro, lo que hizo que el valor del activo cayera un 2,5% el viernes, es decir, más de 45 dólares. Al final de la sesión, el oro se cotizaba a 1.763,1 dólares.
El oro también bajó de precio durante los últimos siete días. El actual retroceso resultó ser la caída semanal más importante de los últimos 2 meses. El activo perdió un 2,97%, mientras que el índice de la divisa estadounidense, por el contrario, ganó un 0,7%.
Después de que el viernes el oro cayera por debajo del soporte inicial de los 1.790 dólares, varios analistas afirmaron que podría poner a prueba el soporte principal de los 1.690 dólares. Pero nadie podía prever que este objetivo se alcanzaría tan pronto.
A la apertura de los mercados asiáticos el lunes, el precio del principal metal precioso bajó casi 100 dólares. En un momento dado, el activo bajó a su nivel más bajo desde abril de 2020, a 1,677 dólares. Con todo, no se mantuvo mucho tiempo por encima de los 1.700 dólares, comenzando a recuperarse.
En el momento de escribir este artículo, se cotizaba a 1.741 dólares. En comparación con el cierre del viernes, ha bajado 21,5 dólares, un 1,22%.
A pesar de la tendencia a la baja, en opinión de algunos analistas, el oro aún conserva un potencial alcista. Por ejemplo, el reconocido operador Fred Hickey ve esta situación como otra ola de corrección, que comenzó después de que el activo alcanzara máximos históricos hace un año.
Destaca que los ataques anteriores de los operadores de futuros sólo le han beneficiado a él. Otros participantes experimentados en el mercado, que prefieren invertir en oro físico, están de acuerdo con él.
Por ello, ven el actual retroceso no como un desastre, sino como una excelente oportunidad de compra. Asimismo, los bancos centrales de muchos países aún no tienen prisa por endurecer su política monetaria.