Los fallos han perseguido al metal precioso desde el pasado jueves. El lingote perdió casi un 5% de su valor en tres sesiones de operaciones, lo que supone unos 90 dólares en términos monetarios.
La mayor presión sobre el precio del activo amarillo la ejerció el informe del viernes del Departamento de Trabajo de Estados Unidos. Los datos de empleo y desempleo de julio resultaron ser mejores de lo previsto, lo que aumentó el temor de los inversores a que el programa de compra de activos de la Fed se reduzca anticipadamente.
Ahora bien, los riesgos de subida de las tasas de interés no fueron el único factor que pesó sobre el precio del oro estos días. El metal precioso cayó el lunes debido a los débiles volúmenes de operaciones en Asia, con Japón y Singapur cerrados a causa de las festividades.
En este contexto, los precios se desplomaron más de un 5% en las operaciones asiáticas. Los analistas calificaron el retroceso de "excesivo" y "desmesurado", y la reacción lógica fue la corrección posterior.
El martes, el precio del oro se recuperó del mínimo de 4 meses que alcanzó en la sesión anterior. El activo terminó su cotización en el COMEX de Nueva York a 1.731,70 dólares. Ganó 5,20 dólares, un 0,3%.
Una de las razones del crecimiento de las cotizaciones de ayer puede ser el aumento de la demanda del metal físico, que se observa tanto en Estados Unidos como en Europa y Asia. El bajo precio del oro ha despertado el apetito de los fabricantes de joyas, monedas y lingotes.
En opinión de los expertos, existe la posibilidad de que este mayor interés pueda compensar las pérdidas sufridas como consecuencia de la reciente caída de la demanda de los inversores institucionales.
El oro también recibió ayer el apoyo de la divisa estadounidense. El dólar frenó su subida y se mantuvo estable frente a sus principales pares, lo que permitió al activo amarillo subir levemente.
El metal precioso también sigue subiendo levemente esta mañana en medio de la debilidad del billete verde. En el momento de escribir este artículo, el lingote se cotizaba a 1.733,85 dólares. En comparación con el cierre del martes, añadieron un 0,12%, es decir, 2,15 dólares.
Al mismo tiempo, la divisa estadounidense también subió. Los analistas le atribuyen este movimiento infrecuente de estos activos rivales en una dirección a la incertidumbre que rodea la próxima publicación de las estadísticas de inflación de Estados Unidos.
Los economistas prevén, por un lado, una desaceleración de la inflación anual en julio. En su opinión, la tasa podría bajar del 5,4% al 5,3%. En ese caso, el dólar seguirá fortaleciéndose en la ola de optimismo, ya que los datos sólidos pueden acelerar la retirada de la política de estímulo de la Fed.
Por otra parte, los inversores esperan que el ritmo de subida de los precios sea inferior a las previsiones y se acelere en julio. Esperan un nuevo récord de inflación, como ocurrió el mes anterior. En este caso, el oro, que tradicionalmente es percibido por los operadores como un instrumento de cobertura contra la inflación, se beneficiará.
Entretanto, los analistas creen que, cuando se acerque la publicación de las estadísticas, el estado de ánimo de los inversores puede cambiar drásticamente. Pronostican un cierre de posiciones en el oro, que sigue estando muy presionado por el dólar.
