El dólar suspendió su ofensiva después de casi una semana de carrera. El índice del dólar estadounidense se acercó a los límites de la cifra 96 (máximo desde julio de 2020) y se congeló esperando el próximo impulso de información. Junto con el euro, el dólar también se tomó un descanso. Los alcistas del EUR/USD pudieron aprovechar el momento organizando una pequeña corrección a la mitad de la cifra 13.
Este comportamiento del precio parece bastante lógico, especialmente después de actualizar el mínimo de 16 meses. El par se hundió durante varios días, rápidamente y casi sin retroceso, acumulando el potencial de un rebote correctivo. Ayer, la flama del sentimiento bajista se evaporó, después de alcanzar la marca de 1,1264, los operadores tomaron ganancias y se retiraron de las fronteras conquistadas. Sin embargo, es imposible hablar de un cambio de tendencia de cualquier forma: las posiciones del dólar son demasiado fuertes y las posiciones del euro son demasiado débiles. Por lo tanto, cuando el impulso correctivo se desvanece, es recomendable que los operadores vuelvan a las ventas, enfocándose en los niveles objetivo de 1,1300 y 1,1264.
Es de destacar que la moneda estadounidense ignoró ayer varios informes macroeconómicos, que resultaron ser bastante buenos. En particular, el índice manufacturero de la Fed-Filadelfia saltó inmediatamente a 39 puntos en noviembre (con un crecimiento previsto de hasta 24 puntos). Este es el mejor resultado desde abril de este año. También nos complacieron los datos semanales sobre el mercado laboral. El número de solicitudes iniciales de prestaciones por desempleo aumentó en 268.000 durante la semana pasada. Este indicador ha ido disminuyendo constantemente durante las últimas siete semanas. Aunque la tendencia a la baja ha sido más suave en las últimas tres semanas, la tendencia en sí no puede dejar de agradar.
Aquí es necesario recordar que, en las últimas semanas, los informes estadounidenses han sido excepcionalmente positivos. Las nóminas no agrícolas, los datos sobre ventas minoristas, producción industrial y, por supuesto, inflación se publicaron en la zona verde. Las fuertes publicaciones estimularon el interés en el dólar, que subió de precio debido al aumento de las expectativas de los halcones. Los comentarios de algunos miembros actuales y anteriores de la Reserva Federal solo alimentaron estas expectativas. James Bullard, Loretta Mester, Charles Evans, en particular, se pronunciaron a favor de subir la tasa de interés. Según el pronóstico puntual de la Fed, que se publicó en septiembre, nueve miembros del Comité admiten un endurecimiento de la política monetaria a partir de 2022. Ex representantes del banco central de EE. UU., incluidos William Dudley y Jeffrey Lacker, se unieron al lado halcón de la Fed. En particular, Dudley expresó su confianza en que la Fed tendrá que subir la tasa de interés el próximo año, "e incluso a una tasa más alta de lo que el mercado asume actualmente".
Sin embargo, el mercado ya está revisando lentamente sus pronósticos, cambiando el enfoque hacia la implementación de un escenario más agresivo. Por ejemplo, los estrategas cambiarios del conglomerado financiero internacional Citigroup dijeron que la Fed comenzará a subir la tasa "antes de la fecha límite previamente designada y a un ritmo más rápido". Según sus cálculos, el banco central realizará 9 rondas de aumentos de tasas en el período 2022-2025. Los economistas de JPMorgan, a su vez, también expresaron su confianza en que la Fed comenzará a endurecer su política a mediados del próximo año. En su opinión, la primera ronda de subidas de tasas tendrá lugar en septiembre y la segunda en diciembre. Representantes del conglomerado Goldman Sachs expresaron una posición similar. También confían en que el banco central subirá las tasas dos veces en 2022. En general, según 29 de los 37 economistas encuestados por Reuters, el riesgo de que la Fed suba las tasas de interés "antes de la fecha límite declarada" (es decir, antes de 2023) ha "aumentado significativamente en los últimos días".
Incluso los representantes del ala centrista de la Fed estaban preocupados por el salto de la inflación. En particular, la retórica correspondiente fue expresada por el director del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams. Este dijo que el banco central observa un fuerte aumento de la inflación, "aun teniendo en cuenta el efecto de la baja base del año pasado". También señaló que las expectativas de inflación a largo plazo "han vuelto a subir".
A raíz de las expectativas agresivas, el dólar en par con el euro se fortaleció en casi 300 puntos en menos de cinco días hábiles. No hay motivos para invertir la tendencia a la baja: la cuestión de subir la tasa de la Fed el próximo verano todavía está en la agenda. La moneda europea aún no tiene argumentos en contra para fortalecer su posición en el mercado. Los representantes del BCE continúan insistiendo en mantener una política monetaria blanda, tanto este año como el próximo. En particular, hoy el economista jefe del banco central, Philip Lane, dijo que no espera que las expectativas de inflación se eleven por encima del nivel objetivo del BCE.
En otras palabras, el dólar solo hizo una pausa, lo que permitió a los alcistas del EUR/USD organizar una corrección. El techo del retroceso alcista, en mi opinión, es la marca de 1,1410; esta es la línea superior del indicador de las Bandas de Bollinger en el gráfico de cuatro horas. Tan pronto como el impulso correctivo comience a desvanecerse (lo más probable es que esto suceda después de que los compradores no se establezcan por encima del nivel de resistencia especificado), es aconsejable considerar posiciones cortas para el par. El primer objetivo del movimiento descendente es la marca psicológicamente importante de 1,1300. El objetivo principal se encuentra justo por debajo de - 1,1264 (el precio más bajo del año).
