La Fed mantuvo durante mucho tiempo su posición de que el crecimiento de la inflación era temporal, aunque a la mayoría de los analistas económicos, así como a los ciudadanos comunes, les parecía obvio que las presiones inflacionarias se estaban volviendo desenfrenadas, incontrolables, y seguían aumentando a niveles más altos.
Powell dijo durante su discurso que los formuladores de políticas todavía están analizando diferentes enfoques para reducir el balance de la Fed. También agregó que la inflación está muy por encima de la meta, y todavía está muy lejos de restablecer la meta.
En otras palabras, el presidente de la Fed todavía está sopesando la situación y cree que el Sistema de la Reserva Federal puede contener las crecientes presiones inflacionarias sin crear grandes dificultades económicas para recuperarse de la recesión. Y así siguió durante casi dos años.
La verdad es que lo único que la Reserva Federal puede hacer en este momento para frenar la inflación es aumentar las tasas de interés, lo que inherentemente reducirá cualquier expansión económica que los Estados Unidos necesiten para lograr una recuperación económica total.
Así como la Fed mantuvo su posición de que los niveles de inflación eran transitorios, ahora están tratando de convencer al público estadounidense de que la economía estadounidense puede resistir la normalización de las tasas de interés y que el endurecimiento de la política monetaria no afectará el crecimiento del empleo, que en el mejor de los casos fue inadecuado.
La conclusión es que el regulador estadounidense se equivocó y minimizó el crecimiento de la inflación como un evento a corto plazo. Con presiones inflacionarias cercanas a un máximo de 40 años, equilibrarlas para controlar la inflación en un período de tiempo relativamente corto es una tarea imposible sin frenar el crecimiento económico que se está produciendo actualmente.
Los analistas y los participantes del mercado ya han considerado el potencial real de tres o cuatro aumentos de tasas, lo que conducirá a un aumento en la tasa de los fondos federales.
Los operadores y los participantes del mercado sabían exactamente el dilema que enfrentaba la Reserva Federal y actualmente han empujado los precios del oro significativamente al alza, esperando que la inflación se mantenga en estos niveles históricamente altos durante bastante tiempo.
