El mercado del oro experimentó una volatilidad extrema después de que Rusia invadiera Ucrania. El precio del metal precioso se disparó al punto más alto desde septiembre de 2020 antes de retroceder.
El presidente ruso, Vladimir Putin, inició la guerra contra Ucrania el 24 de febrero, proclamando que su objetivo era "desmilitarizar" el país. Las explosiones sacudieron varias ciudades ucranianas temprano por la mañana.
A medida que llegaban las noticias, los inversores evaluaban los riesgos potenciales de la guerra para sus carteras.
Los operadores cambiaron de acciones y criptomonedas a USD y oro a medida que los actores del mercado en todo el mundo se volvieron cada vez más reacios al riesgo.
Al mediodía, el oro subió por encima de los $1,970 la onza en solo unas pocas horas, alcanzando el punto más alto desde septiembre de 2020.
Las noticias alarmantes de Kiev, Kharkov, Odessa y otras ciudades ucranianas importantes hicieron que el oro subiera un 3% o $60.
Según Paul Wong, estratega de mercado de Sprott, la caída de la demanda de activos de riesgo ayudó al oro a salir de una consolidación alcista de un año y medio.
El metal precioso recortó algunas de sus ganancias después de que el presidente de Estados Unidos, Biden, anunciara nuevas sanciones contra Rusia, lo que obligó a los inversores a reexaminar la situación.
Las sanciones de Estados Unidos apuntarían a los bancos y las industrias estatales rusas, dijo Biden. Además, Rusia ya no podría realizar negocios en otras monedas, como el dólar estadounidense, el euro, la libra esterlina y el yen japonés.
El presidente de los Estados Unidos también afirmó que el paquete de sanciones tenía como objetivo ejercer una presión a largo plazo sobre la economía rusa y minimizar su impacto en los Estados Unidos y sus aliados.
Biden señaló que las sanciones no deberían ser perjudiciales para el mercado energético y pidió a los productores estadounidenses de petróleo y gas que no aumenten los precios. Estados Unidos liberaría petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo, si fuera necesario, agregó.
La bolsa estadounidense repuntó tras las declaraciones de Biden.
La demanda de oro disminuyó cuando los operadores volvieron a los activos de riesgo. El metal precioso se desplomó durante las siguientes horas, pero logró terminar el volátil día de negociación en territorio positivo. Los futuros con entrega en abril ganaron un 0,8% o $15.90, alcanzando los $1,926.30 la onza.
Después del cierre, el oro continuó cayendo, cayendo por debajo de los $1,900. El producto básico perdió alrededor de $80 en comparación con el máximo intradía.
Algunos analistas atribuyen la caída del oro a las mayores expectativas de endurecimiento monetario de la Fed en medio de la crisis entre Rusia y Ucrania.
La inflación podría volver a alcanzar un nivel récord en un futuro cercano, lo que obligaría al banco central de EE.UU. a tomar medidas más agresivas para abordar el aumento de los precios.
Los sentimientos agresivos dieron soporte al dólar estadounidense, que se mantuvo sólido como activo de defensa. Además, los datos macroeconómicos positivos empujaron al dólar al alza.
El PIB de EE.UU. aumentó un 7%, mientras que el número de solicitudes iniciales de desempleo cayó a 232,000, por debajo de las 249,000 de hace una semana.
El USD más fuerte ha ejercido presión sobre el oro, pero el repunte de las materias primas está lejos de terminar. Muchos expertos piensan que el oro está infravalorado y debería subir en medio de los crecientes riesgos geopolíticos e inflacionarios.
