Los funcionarios de la Fed han dado la señal más clara de que están dispuestos a tolerar una recesión para recuperar el control de la inflación. Parece que finalmente están tomando medidas activas para ponerse al día después de ser criticados por darse cuenta demasiado tarde de la magnitud del problema de la inflación en los EE. UU.
El miércoles, el banco central elevó las tasas de interés en 75 puntos básicos y anunció un aumento potencial del 1,25% antes de fin de año. Esto es más agresivo de lo que esperaban los economistas.
También se recortaron las previsiones de crecimiento, mientras que se levantaron las previsiones de desempleo. El presidente de la Fed, Jerome Powell, habló repetidamente de la dolorosa desaceleración necesaria para contener las presiones sobre los precios en sus niveles más altos desde la década de 1980.
El oro reaccionó con entusiasmo a esta noticia.
Powell dijo a los periodistas que es probable que los aterrizajes suaves disminuyan hasta el punto en que las políticas deban ser más estrictas o más restrictivas durante un período más largo. Esta evaluación contrasta fuertemente con la de hace seis meses, cuando los funcionarios de la Fed comenzaron a subir las tasas desde casi cero y señalaron la fortaleza de la economía como algo positivo. Ahora, los funcionarios están reconociendo implícitamente a través de sus pronósticos pesimistas de desempleo que será necesario reducir la demanda en todos los niveles de la economía, ya que la inflación ha demostrado ser resistente y generalizada. El pronóstico promedio entre los 19 funcionarios de la Fed es que el desempleo alcanzará el 4,4 % el próximo año y se mantendrá en ese nivel hasta el 2024. Pero este nuevo nivel aún puede ser demasiado bajo, ya que es probable que las tasas de interés alcancen el 4,4 % este año y el 4,6 % en 2023, antes de caer al 3,9% en 2024.
