La libra frente al dólar está tratando de desarrollar una corrección, pero el crecimiento de los precios parece muy poco convincente. A pesar de que el Banco de Inglaterra está tratando de apagar los incendios en los mercados, la libra esterlina aún permanece bajo presión.
Las razones de esto son bastante obvias: los inversionistas todavía están preocupados por los planes del gobierno para reducir los impuestos en el país. La gran mayoría de los expertos confía en que las medidas de estímulo fiscal en Gran Bretaña pueden provocar inflación e inflar la deuda nacional. También hay comentarios más duros de los políticos británicos, no solo del Partido Laborista, sino también de los conservadores. Muchos llaman a la iniciativa del Ministerio de Hacienda una apuesta irreflexiva que podría conducir a una catástrofe económica.
Los economistas, por su parte, señalan que el precio de este experimento financiero es demasiado alto: según datos preliminares, el gobierno británico necesitará pedir prestado más de 70.000 millones de libras para finales del actual año fiscal (que finaliza en abril de 2023) y otros 250 mil millones en los próximos cinco años. Los expertos advierten que las autoridades, en este caso, tendrán que encender la imprenta para financiar los gastos del presupuesto.
El Fondo Monetario Internacional también ha echado leña al fuego, que, por regla general, expresa comentarios más bien comedidos y políticamente verificados. Esta vez, representantes del FMI publicaron un comunicado muy categórico en el que llamaron al gobierno británico a reconsiderar las innovaciones propuestas. Según el Fondo, la política fiscal actualizada conducirá a un mayor aumento de la inflación y a una "profundización de la desigualdad". Al mismo tiempo, el FMI dejó en claro con bastante transparencia que el plan propuesto por el Ministerio de Finanzas de Gran Bretaña beneficia principalmente a los segmentos más ricos de la sociedad.
Siguiendo al FMI, los expertos de Moody's también expresaron su opinión. La agencia calificadora elevó su evaluación del riesgo de rebajar la calificación crediticia del país y rebajó su pronóstico de crecimiento para la economía británica el próximo año, del 0,9 % al 0,3 %.
Sin embargo, a pesar del creciente aluvión de críticas, la primera ministra Liz Truss salió en defensa de su gobierno y apoyó la reforma fiscal propuesta por el Ministerio de Hacienda.
Por ello, la libra no pudo recuperar las posiciones perdidas. A la par del dólar, la libra corrigió, pero ni siquiera se acercó a la décima cifra. Después de llegar a 1,0914, el par dio un giro de 180 grados y se desvió.
Los inversores se mostraron escépticos ante la actuación del Banco de Inglaterra, que dijo que compraría hasta 5.000 millones de libras diarias de bonos del Estado a largo plazo hasta al menos el 14 de octubre. El comunicado del regulador inglés afirma que "el propósito de tales compras es un retorno a las condiciones normales del mercado. Las compras se realizarán en cualquier escala necesaria para lograr el objetivo".
Por un lado, el regulador evitó un colapso en el mercado de bonos del Reino Unido y suavizó un poco el golpe. Pero por otro lado, la raíz del problema permanece: el gobierno británico no va a revisar sus innovaciones fiscales.
Por tanto, la intervención del BoE no será una panacea a largo e incluso a medio plazo. El hecho mismo de la intervención en el mercado de bonos del gobierno tiene un doble significado para la libra y, en mi opinión, esto es más un factor bajista que al revés. La noticia de que el gobierno de Truss no planea revisar su política fiscal y que el nuevo ministro de finanzas de Gran Bretaña, Kwasi Kwarteng, no renunciará, servirá como ancla para el par GBP/USD.
El dólar, por su parte, sigue manteniéndose a flote. El índice del dólar estadounidense retomó su crecimiento después de la corrección de ayer. El mercado dice cada vez más que la Fed volverá a subir la tasa en 75 puntos en la reunión de noviembre y diciembre. Al menos, casi no hay dudas sobre noviembre: la gran mayoría de los economistas encuestados por Reuters dijo que es muy probable que suceda este escenario. Por lo tanto, las perspectivas a la baja del GBP/USD se deben no solo al debilitamiento de la libra, sino también al fortalecimiento del dólar.
Desde un punto de vista técnico, el par en el marco de tiempo D1 se encuentra entre las líneas media e inferior del indicador de Bandas de Bollinger, así como debajo de todas las líneas del indicador Ichimoku, que muestra una señal bajista de "Desfile de línea". Todas estas señales de carácter técnico también indican la prioridad del movimiento bajista. El primero, y hasta ahora principal objetivo de la tendencia bajista, se encuentra en 1,0700, la línea inferior de las Bandas de Bollinger en el gráfico diario. Si los bajistas del GBP/USD se consolidan por debajo de este objetivo, abrirán su camino hacia la base de la sexta figura (la línea inferior de las Bandas de Bollinger en el gráfico de cuatro horas).