El dólar estadounidense y el euro abrieron la semana en medio de un entorno fundamental mixto. El euro todavía está bajo la presión de las tensiones geopolíticas y la crisis energética, mientras que el dólar corre el riesgo de entrar en el llamado bucle de intervención.
Según los analistas de Nordea Bank, las intervenciones cambiarias realizadas en el mercado global "pueden frenar el fortalecimiento del USD en el corto y mediano plazo". Para su referencia, las intervenciones cambiarias las realizan los países que buscan apuntalar sus monedas frente al dólar estadounidense. Sin embargo, este escenario es muy poco probable ya que la mayoría de los países no tienen "una cantidad infinita de dólares a disposición para vender".
Nordea Bank está seguro de que tales intervenciones fracasarán cuando el suministro de dólares estadounidenses en estos países se agote. Las intervenciones cambiarias implican la venta de bonos del Tesoro de EE. UU., lo que agrega presión alcista sobre las tasas clave y conduce a un dólar estadounidense más fuerte. Los expertos advierten que este ciclo de intervención puede resultar negativo para el dólar, ya que podría conducir a un "rebasamiento del dólar". Sin embargo, incluso este posible fracaso del USD no respaldará al euro, ya que es probable que se enfrente a una nueva ola de ventas masivas en el futuro cercano. Esto es bastante lógico ya que el EUR/USD ha estado operando dentro de la tendencia bajista desde finales de septiembre de 2022. El par se mantiene actualmente en el rango de 0,9500 –1,0000. A medida que empeora la situación geopolítica y económica en la UE, el euro caerá hasta el límite inferior de este rango en 0,9500.
Por el momento, el par euro/dólar parece estable aunque el euro todavía se está depreciando frente al dólar. El lunes 24 de octubre, el EUR/USD rondaba cerca de 0,9839, tratando de mantener el equilibrio. El patrón triangular formado después de la ruptura de la resistencia en 1,0000 puede convertirse en el principal catalizador que empujará al par hasta el nivel de 1,0250.
El dólar abrió esta semana con otro avance que se ha vuelto típico de la moneda. Al mismo tiempo, los registros mostraron que la cantidad de posiciones largas abiertas por los grandes actores del mercado disminuyó al final de la semana anterior después de un repunte de 3 semanas. Sin embargo, el número de posiciones largas abiertas por los coberturistas se mantuvo sin cambios. Esto indica una incertidumbre persistente en el mercado y un sentimiento de bajo riesgo entre los participantes del mercado.
Los expertos destacan que las condiciones financieras vienen empeorando desde hace varias semanas. Sin embargo, aún no se ha alcanzado el límite del endurecimiento monetario. Por lo tanto, la Fed tendrá que continuar con su política de subidas de tipos agresivas. En este contexto, el mercado de valores se desplomó. Todas las medidas tomadas por la Fed están dirigidas a combatir la inflación. La mayoría de los inversores esperan que el regulador estadounidense aumente aún más la tasa. Se estima que la tasa de la Fed alcanzará un máximo del 5 % en mayo de 2023. De ser así, las condiciones financieras se deteriorarán naturalmente, advierten los analistas.
Según algunas previsiones, la inflación de los EE. UU. puede alcanzar entre el 4 % y el 5 % en los próximos 4 a 8 meses. Entonces, puede seguir una desaceleración. Pero aun así, es poco probable que el banco central de EE. UU. suavice su política. En cambio, podría ralentizar el ritmo de aumento de las tasas. Existe la opinión de que la inflación en los EE. UU. es causada por factores transitorios en contraste con otros países. Se cree que la situación mejorará pronto. Si esto es cierto, entonces la Fed puede centrarse en el crecimiento económico y reducir la tasa. Por lo tanto, existe la posibilidad de que para 2024, la tasa clave disminuya a 4.5–5%.