De hecho, el miércoles, el economista jefe del BCE, Philip Lane, dijo que el costo del endeudamiento debería aumentarse nuevamente el próximo mes, a menos que la situación económica cambie significativamente. Afirmó que un aumento de tasas es apropiado si persiste el escenario base subyacente en las proyecciones macroeconómicas del BCE de marzo.
Aunque se espera que el BCE aumente las tasas nuevamente en su reunión del 4 de mayo, a diferencia de las reuniones anteriores, los funcionarios dudan en dar pronósticos más asertivos sobre el tamaño del aumento. Los datos de inflación y préstamos bancarios de ayer probablemente cambiarán sus opiniones.
Sin embargo, los próximos discursos de otros miembros del BCE, liderados por la presidenta Christine Lagarde, deberían ayudar al euro a recuperar sus posiciones. Los próximos informes sobre presiones de precios también podrían influir en las decisiones de política futuras, ya que mostrarán si la presión de precios básica, excluyendo elementos como energía y alimentos, se mantiene en su nivel récord o si se acerca un pico. Lo último seguramente conducirá a una disminución del indicador en el futuro. La situación del mercado crediticio, que recientemente experimentó estrés después del colapso de uno de los mayores acreedores de Suiza, también es un componente importante.
Los datos de inflación de ayer para marzo de este año señalaron un aumento del 6,9% en términos anuales, mientras que los precios básicos subieron al 5,7%, totalmente en línea con las previsiones. La reacción del euro a esto es bastante moderada, pero los alcistas definitivamente tienen la oportunidad de seguir empujando el precio hacia arriba e incluso actualizar los máximos mensuales. Sin embargo, la cotización tiene que mantenerse por encima de 1,0950 y tomar el control de 1,0983, ya que solo eso desencadenará un salto más grande a 1,1027 y 1,1071. En caso de una disminución por debajo de 1,0950, el euro caerá más profundamente a 1,0913 y 1,0867.