Los últimos informes sobre la inflación han generado sentimientos encontrados. En Estados Unidos, la inflación continúa disminuyendo de manera constante, mientras que en la Unión Europea está disminuyendo de forma moderada. Sin embargo, en el Reino Unido, el ritmo de disminución es mínimo. Durante las últimas dos semanas, se han llevado a cabo las reuniones de los tres bancos centrales y sus respuestas han sido informativas pero aún no definitivas. Por ejemplo, la Reserva Federal ha decidido hacer una pausa, lo cual parece razonable considerando la disminución del 4% en la inflación. Sin embargo, seguimos recibiendo señales de un posible endurecimiento de la política monetaria. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) podría haber extendido su pausa más allá de julio, ya que la inflación podría desacelerarse incluso sin más aumentos de las tasas de interés.
Por otro lado, el Banco Central Europeo (BCE) ha reaccionado de manera más neutral, adoptando un enfoque "orientado a objetivos, sin obstáculos a la vista". La tasa de interés en la Unión Europea comenzó a subir más tarde que en otras regiones y el BCE está siguiendo ahora su camino previsto, aunque reconoce que la tasa actual es insuficiente para alcanzar el objetivo. En consecuencia, cada nuevo endurecimiento de la política en Europa no genera emociones significativas.
El Banco de Inglaterra ha tomado una acción intrigante, mostrando signos de pánico (comprensiblemente) al aumentar la tasa de interés en 50 puntos básicos, sorprendiendo al mercado. Como mencioné antes, había razones válidas para esta decisión, ya que la inflación no disminuyó después de mayo y la inflación subyacente aumentó. Sin embargo, lo que añade intriga es que la demanda de la libra no aumentó a pesar del inesperado aumento de 50 puntos en la tasa de interés. Esta decisión se considera la más agresiva posible. Es bastante desafiante especular sobre los próximos pasos del Banco de Inglaterra. Rishi Sunak y Andrew Bailey han prometido que la inflación se reducirá a la mitad para fin de año, y si no cumplen sus promesas, podrían poner en peligro sus posiciones. El Reino Unido está acostumbrado a cambiar de primeros ministros y jefes de bancos centrales sin problemas significativos.
Dadas estas circunstancias, el regulador británico podría ponerse ansioso y aumentar la tasa de interés a un nivel que sin duda empujará a la economía británica hacia una recesión. Un aumento de tasas en este contexto tiene consecuencias tanto positivas como negativas. Por un lado, el mercado puede encontrar satisfacción en el aumento de la tasa, lo que lleva a un aumento de la demanda de la libra. Por otro lado, el declive económico, que requeriría más estímulos a través de diversos programas, es poco probable que satisfaga a los partidarios de la libra. No veo razones convincentes para una mayor apreciación de la libra. Afortunadamente, el nivel de Fibonacci del 161,8% brinda un soporte significativo en el análisis de la onda actual.
Según el análisis, se está formando un nuevo segmento de tendencia a la baja. Todavía hay suficiente espacio para que el par disminuya. Los objetivos alrededor de 1,0500-1,0600 son bastante realistas y recomiendo vender el par teniendo estos objetivos en mente. Considero altamente probable la finalización de la onda b, especialmente porque el indicador MACD ya ha generado dos señales "a la baja". Alternativamente, si consideramos un análisis de onda diferente, la onda actual podría ser más prolongada, pero le seguirá la formación de un segmento de tendencia a la baja. En consecuencia, no recomiendo comprarla.
El patrón de onda del par libra/dólar ha cambiado, lo que indica el desarrollo de una onda ascendente que podría concluir en cualquier momento. Considere comprar el par solo si hay una ruptura exitosa por encima del nivel de 1,2842. Por otro lado, también se recomienda vender debido a los dos intentos fallidos de romper este nivel, y es aconsejable colocar el stop-loss por encima de él. El indicador MACD también ha proporcionado una señal "a la baja".