El par EUR/USD continúa operando dentro de un rango amplio, a la espera de importantes publicaciones esta semana. Ayer, los bajistas del EUR/USD intentaron una vez más romper el nivel de soporte de 1,0950 (la línea media de las Bandas de Bollinger en el gráfico semanal), pero no lograron asegurar una posición por debajo de este objetivo. A lo largo de agosto, los vendedores del par han intentado casi a diario establecerse en la base del nivel 1,09, pero cada vez regresan a los límites del nivel de precio 1,10. Así, se puede afirmar con confianza que el par operará dentro del rango de 1,0900-1,1000 hasta la publicación del Índice de Precios al Consumidor de Estados Unidos, es decir, hasta la sesión estadounidense del jueves. Los operadores están atrapados en una tendencia lateral: los compradores y vendedores muestran indecisión ante esta importante publicación.
Vale la pena señalar que el panorama fundamental general para el par EUR/USD esta semana es algo bajista, principalmente debido al aumento de los sentimientos aversos al riesgo en los mercados y basado en pronósticos preliminares que indican que el informe de inflación señalará una aceleración en la inflación de Estados Unidos en julio. Mientras tanto, el calendario económico de esta semana está casi vacío, con la excepción de los dos informes principales que se publicarán el jueves (Índice de Precios al Consumidor) y el viernes (Índice de Precios al Productor).
El aumento de la aversión al riesgo se produjo por dos razones. Primero, China, y segundo, la agencia Moody's.
Esta semana, hay rumores renovados de que China podría frenar el PIB global, tras la publicación de sus datos de comercio exterior. Se reveló que el mes pasado las exportaciones de China disminuyeron un 14,5% interanual (con una disminución proyectada del 12,5%), llegando a casi 282 mil millones de dólares, el nivel más bajo en los últimos cinco meses. Esta tasa de disminución es la más pronunciada desde febrero de 2020. La estructura del informe muestra que los envíos a Estados Unidos disminuyeron un 23%, a los países de la Unión Europea un 20% y a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) casi un 22%.
Las importaciones de China en julio también disminuyeron significativamente un 12,4% (a 201,2 mil millones de dólares), con una disminución proyectada del 5%, la caída más pronunciada desde mayo de 2020. Este componente del informe muestra una tendencia a la baja durante el quinto mes consecutivo. Las importaciones desde Estados Unidos disminuyeron un 11%, los países de la Unión Europea un 3%, los países de la ASEAN un 11%, Japón un 14,7% y Corea del Sur un impresionante 23%. En general, en los primeros siete meses del año actual, las exportaciones de China disminuyeron un 5%, mientras que las importaciones cayeron un 7,6% interanual.
Los datos publicados son decepcionantes, ya que indican principalmente una desaceleración en la demanda. Una disminución en las importaciones indica una demanda interna lenta en China, mientras que una disminución en las exportaciones indica una demanda global debilitada y una desaceleración en la economía mundial. La conclusión general sombría es que la recuperación de China del "período COVID" avanza a un ritmo más débil de lo esperado por la mayoría de los expertos.
Estas conclusiones desencadenaron un aumento en el sentimiento averso al riesgo en los mercados. El dólar refugio seguro se convirtió en el principal beneficiario de la situación actual, fortaleciendo su posición en general, incluido el euro.
Añadiendo leña al fuego, la agencia calificadora Moody's rebajó las calificaciones de 10 bancos medianos a pequeños de Estados Unidos. Además, la agencia puso en revisión para posibles rebajas las calificaciones de varios bancos más grandes, como el Bank of New York Mellon. Tras esto, las acciones de los bancos estadounidenses abrieron la sesión de trading del martes con una caída en las cotizaciones. Específicamente, Bank of America perdió un 3,7%, Goldman Sachs cayó un 3,3%, Morgan Stanley un 2,9% y JPMorgan un 2,2%.
Comentando sobre su decisión, los representantes de Moody's mencionaron que los bancos estadounidenses continúan enfrentando riesgos del aumento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, así como problemas de gestión de activos y pasivos, "afectando la liquidez y el capital."
Este contexto fundamental permitió a los bajistas del EUR/USD probar nuevamente el nivel de soporte de 1,0950, estableciéndose alrededor del nivel de 1,0930. Sin embargo, los comentarios moderados de los funcionarios de la Reserva Federal les impidieron establecerse firmemente alrededor del nivel de 1,09. En particular, el presidente de la Reserva Federal de Filadelfia, Patrick Harker, declaró ayer que "es probable que comience una reducción de tasas el próximo año". El presidente de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, expresó una postura similar, señalando la posibilidad de recortes de tasas a principios de 2024, "dependiendo de los datos económicos". El mismo sentimiento también fue expresado por el presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, Austan Goolsbee, sugiriendo que la Reserva Federal debería considerar cuánto tiempo mantener las tasas a un nivel tan alto. También señaló que las cifras de inflación recientes "han sido bastante positivas".
A la luz de tal retórica, la importancia de los informes de inflación, que se publicarán en Estados Unidos mañana (10 de agosto) y al día siguiente, se incrementa. Si los indicadores están en la "zona roja", la probabilidad de otro aumento de tasas dentro del ciclo actual se debilitará aún más, mientras que aumentará la probabilidad de un recorte de tasas en la primera mitad de 2024.
Dado este contexto, es poco probable que los operadores de EUR/USD se alejen del nivel 1,09 antes de la publicación del índice de precios al consumidor. Lo más probable es que el par permanezca atrapado en un movimiento lateral, oscilando entre 1,0900 y 1,1000, hasta el momento crucial.