El par eur/dólar se desliza lentamente a la baja, tras el intento fallido de ayer de probar el nivel de resistencia de 1,0870 (línea superior del indicador de las Bandas de Bollinger en el gráfico diario). El precio se marcó en 1,0867, tras lo cual dio un giro de 180 grados y se dirigió hacia la base de la octava figura.
Si nos abstraemos de las fluctuaciones intradía del precio y nos fijamos en el gráfico semanal, veremos que el par muestra una dinámica alcista. Pero este es exactamente el caso en el que no se debe confiar en las "mediciones semanales": la incapacidad de los compradores del par eur/usd para superar la barrera de precios intermedia de 1,0870 y (aún más) el nivel de resistencia principal de 1,0900 (el límite inferior de la nube Kumo en D1) lo dice todo. Al menos, esa compra parece poco fiable, a pesar de que el par se encuentra formalmente dentro de la tendencia alcista. Por segunda semana consecutiva, los alcistas del par intentan acercarse a la novena cifra, pero cada vez vuelven a sus posiciones anteriores: al acercarse a 1,0900, los operadores toman los beneficios y, por tanto, extinguen el impulso alcista.
El trasfondo fundamental contradictorio contribuye a esta incertidumbre. El estado de ánimo del mercado cambia a una velocidad caleidoscópica, lo que hace que el par sea incapaz de decidir el vector de su movimiento. El precio está dando vueltas dentro de la octava figura, a la espera de una poderosa ocasión informativa, que empuje al par o bien hacia abajo, por debajo del nivel de 1,0780, o bien hacia arriba, por encima del objetivo de 1,0900. Permítanme recordarles que una situación similar se observó en la primera quincena de febrero: durante quince días el par se cotizó dentro de la 7ª figura, mientras probaba alternativamente las figuras 6ª y 8ª. Como resultado, la balanza se inclinó a favor del escenario del norte, debido a lo cual el par cambió su escalón de precios. Una vez más, el par se encuentra atascado dentro del rango de 100 puntos.
La jornada de ayer es indicativa. El par creció sobre el trasfondo de los débiles informes que se publicaron en Estados Unidos, pero al final del día recuperó con creces sus pérdidas sobre el trasfondo de la huida del riesgo.
Así, según los datos publicados, el volumen total de pedidos de bienes duraderos en enero disminuyó un 6,1%, mientras que las previsiones apuntaban a un descenso del 4,9%. Se trata de un antirrécord plurianual, la máxima reducción del indicador desde mayo de 2020, cuando los Estados sintieron los efectos de la pandemia de coronavirus. Los pedidos básicos de bienes duraderos, es decir, excluido el transporte, también disminuyeron: el volumen cayó un 0,3% (el valor más bajo desde noviembre del año pasado), mientras que la mayoría de los expertos preveían un crecimiento del 0,2%. Excluyendo la industria de defensa, los pedidos cayeron un 7,3% (el resultado más débil desde junio de 2020).
El índice de confianza de los consumidores publicado ayer, calculado por el grupo Conference Board, también decepcionó a los alcistas del dólar. El indicador mostró una fuerte tendencia al alza durante tres meses, concretamente de noviembre a diciembre, subiendo a 110,9 puntos (el más alto desde julio de 2023). Enero debía ser el cuarto mes de esta serie: la mayoría de los expertos esperaban verlo en 114,8 (el máximo desde diciembre de 2021). Pero en lugar de la subida esperada hasta casi 115 puntos, el índice se situó en 106,7 en febrero, cayendo a mínimos de tres meses. La estructura del informe muestra un descenso significativo del índice de situación actual (a 147,2, desde el valor anterior de 154,9) y del índice de expectativas (a 79,8, el valor anterior - 81,5). Además, las expectativas de inflación a 12 meses cayeron significativamente hasta el 5,2%.
Además, el informe sobre el mercado inmobiliario estadounidense fue decepcionante: el índice de precios de la vivienda S&P/Case Shiller cayó un -0,3% en diciembre, continuando su tendencia a la baja (en noviembre el índice cayó un 0,2%).
En el contexto de estas estadísticas, el índice del dólar estadounidense cayó a 103,53 y el par eur/usd actualizó el máximo diario en 1,0867. Pero al final de la sesión americana los compradores se quedaron sin fuerzas: los vendedores tomaron la iniciativa y el par terminó el día con una nota menor.
La razón es la aversión al riesgo y el aumento de los rendimientos del trejeris. El mercado bursátil estadounidense terminó la jornada del martes con signo mixto; en particular, el índice Dow Jones cayó un 0,25%. El rendimiento de la deuda pública a 10 años volvió a cruzar ayer la barrera del 4,3%.
La directora del BCE, Christine Lagarde, que presentó su informe anual ante el Parlamento Europeo a principios de semana, tampoco se convirtió en una aliada del euro y, en consecuencia, de los compradores del par eur/usd. Afirmó que la inflación de la eurozona seguirá cayendo, pero que el regulador necesita ver "más señales de que el indicador se acerca al nivel objetivo" para decidir si flexibiliza el CPM. Los salarios serán "un motor cada vez más importante de la dinámica de los precios en los próximos trimestres", afirmó. Cabe recordar aquí que el crecimiento salarial en la eurozona se ralentizó hasta el 4,5% en el cuarto trimestre. Las cifras correspondientes al primer trimestre de 2024 se publicarán en mayo. Esta publicación, al parecer, desempeñará un papel clave en el destino de las tasas de interés del BCE.
Así, durante un día tanto compradores como vendedores del par eur/usd encontraron argumentos para reforzar sus posiciones. Una especie de "tormenta en un vaso".
Sin embargo, el par sigue negociándose dentro de la octava figura, lo que refleja la indecisión general tanto de los toros como de los osos. Al parecer, los participantes en el mercado están a la espera de las publicaciones clave de esta semana: el jueves se publicará el índice PCE subyacente de EE.UU., el viernes - el informe sobre el crecimiento de la inflación en la Eurozona. Por lo tanto, no deberíamos fiarnos de estas fluctuaciones intradía de los precios, al menos hasta que los osos vendan el nivel de soporte de 1,0780 (línea media del indicador de las Bandas de Bollinger en el gráfico diario) o hasta que los toros superen el objetivo de 1,0900 (límite inferior de la nube Kumo en el mismo marco temporal). En todos los demás casos, se recomienda adoptar una posición de espera.
