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FX.co ★ Trump bombardea Irán: los mercados en pánico, el dólar se dispara

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Análisis Noticias:::2025-06-23T05:54:54

Trump bombardea Irán: los mercados en pánico, el dólar se dispara

 Trump bombardea Irán: los mercados en pánico, el dólar se dispara

En la noche del domingo, EE. UU. lanzó un ataque aéreo masivo contra instalaciones nucleares iraníes, iniciando una nueva fase de escalada en Oriente Medio. Ya el lunes, los mercados reaccionaron con una retirada de activos de riesgo y una huida hacia el dólar, ya que los inversores entraron en modo de protección, anticipando posibles represalias de Teherán y una nueva ola de inestabilidad. Analizamos lo ocurrido y cómo esto cambia el equilibrio de poder en los mercados globales.

La escalada en Oriente Medio impulsa al dólar y al petróleo al alza

El lunes fue un día de fuerte reevaluación de riesgos: los mercados comenzaron las operaciones en modo de alarma, reaccionando al repentino ataque de EE. UU. contra la infraestructura nuclear de Irán durante el fin de semana. Aunque los movimientos en cifras absolutas fueron relativamente moderados, la naturaleza de la demanda de activos indicaba claramente un giro hacia estrategias defensivas.

El dólar estadounidense subió frente a la mayoría de las monedas mundiales. El índice DXY sumó un 0,12% hasta 99,037, continuando su fortalecimiento iniciado el 13 de junio, tras el primer ataque de Israel contra Irán. En total, la divisa estadounidense se ha apreciado más de un 1% en ese período, reafirmando su papel como refugio global.

Fue especialmente notable la dinámica del yen: E par USD/JPY alcanzó un máximo mensual, subiendo un 0,25% hasta 146,415. Al mismo tiempo, el dólar australiano cayó un (–0,2% hasta 0,6437) y el neozelandés (–0,24% hasta 0,5952), ambos tradicionalmente sensibles a riesgos geopolíticos y de materias primas. El euro bajó un 0,33% hasta 1,1484, mientras que la libra esterlina descendió un 0,25% hasta 1,34175.

 Trump bombardea Irán: los mercados en pánico, el dólar se dispara

El aumento del dólar vino acompañado de un fuerte repunte en los precios del petróleo: los futuros del Brent se dispararon más del 5%, superando los $81 por barril en Asia y alcanzando máximos de cinco meses. Esta fue una reacción a los temores sobre un posible bloqueo del Estrecho de Ormuz, una ruta crítica por la que transita diariamente alrededor del 20% del suministro mundial de petróleo. Según analistas de Morgan Stanley, la persistente tensión en la región podría mantener el crudo en un rango de precios elevado durante un tiempo prolongado.

Mientras tanto, los mercados bursátiles retrocedieron. Al comienzo del día, los futuros de las acciones estadounidenses cayeron. El índice S&P 500 ya había descendido el viernes y continuó su caída al inicio de la semana. El índice MSCI World perdió un 1,8% desde los ataques israelíes. Los movimientos no fueron colapsos, pero sí sistémicos: los participantes del mercado comenzaron a reducir su exposición a activos de riesgo, cubrirse y tomar beneficios.

Es interesante que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense mostraron un comportamiento mixto: primero cayeron, como suele suceder en momentos de huida hacia activos seguros, pero luego se recuperaron parcialmente debido a las expectativas de que el alza del petróleo pueda impulsar nuevamente la inflación. El rendimiento de los bonos a 10 años subió menos de 2 puntos básicos, situándose en 4,38%.

A pesar del claro movimiento hacia "puertos seguros", el mercado aún no muestra señales de capitulación total. Como señaló Carol Kong del Commonwealth Bank of Australia, los inversores están en modo de espera: todo depende de la naturaleza y escala de la respuesta iraní.

El crecimiento moderado del dólar y la caída contenida de las acciones indican que la mayoría de los actores del mercado todavía interpretan lo sucedido como una escalada controlada, y no como el inicio de una guerra regional.

No obstante, todos los indicadores clave —desde las divisas hasta el petróleo— señalan que: los mercados han pasado a un modo de alerta elevada, y el dólar ha vuelto a ocupar la posición de principal referente en condiciones de inestabilidad global..

Qué ocurrió el fin de semana en Irán: escala, consecuencias, próximo paso

En la noche del domingo, Estados Unidos realizó por primera vez en décadas un ataque aéreo directo contra la infraestructura nuclear de Irán, entrando de facto en un conflicto abierto con la República Islámica.

El presidente Donald Trump anunció la destrucción de instalaciones clave de enriquecimiento de uranio en Fordo, Natanz e Isfahan —un paso que Washington había pospuesto durante años, incluso en los períodos más tensos del enfrentamiento en Oriente Medio.

La operación se llevó a cabo con bombarderos estratégicos B-2 equipados con municiones antibúnker de 30 000 libras, el único tipo de armamento capaz de penetrar los complejos nucleares subterráneos fortificados de Irán.

Según el New York Times, seis B-2 atacaron Fordo y otros dos atacaron Natanz, empleando simultáneamente misiles de crucero contra Isfahan. Funcionarios declararon que los ataques "destruyeron completamente" los centros de enriquecimiento de uranio, sin provocar fugas de radiación.

Trump, en su discurso a la nación, describió la operación como "quirúrgica y preventiva" y afirmó que el objetivo era "la eliminación total de la amenaza nuclear por parte del Estado patrocinador del terrorismo número uno en el mundo". Añadió que, si Irán se niega a negociar, seguirán ataques "mucho más amplios".

Sin embargo, la naturaleza del ataque y la selección de los objetivos indican el comienzo de una nueva etapa cualitativa de escalada. No se trata de una acción simbólica de intimidación ni de un ataque contra grupos proxy —es una intervención militar en la arquitectura nuclear de Irán, dirigida directamente a socavar su potencial tecnológico. La misión, en esencia, ha cancelado la anterior estrategia de contención y ha puesto a la región al borde de un conflicto de gran escala.

 Trump bombardea Irán: los mercados en pánico, el dólar se dispara

Irán declaró de inmediato que se reserva el derecho a responder "en cualquier momento y de cualquier forma". El jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, calificó los ataques de "indignantes" y prometió "consecuencias irreversibles". Mientras tanto, el líder supremo, Alí Jameneí, acusó a Estados Unidos de agresión y advirtió sobre "daños irreparables".

Los riesgos de una respuesta inmediata aumentaron tras el anuncio de los servicios de inteligencia estadounidenses sobre la puesta en estado de alerta del contingente en la región: unos 50 000 militares desplegados en Kuwait, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Irak y Baréin.

Paralelamente, los hutíes en Yemen —el único grupo proxy con capacidad de combate que ha mostrado actividad— lanzaron amenazas contra la flota comercial y militar de Estados Unidos en el mar Rojo.

La reacción internacional fue contenida: Europa hizo un llamado a la desescalada, pero en la práctica se mantuvo al margen; la ONU expresó su preocupación, pero no ofreció pasos concretos.

Mientras tanto, según información desde Washington, Estados Unidos actuó sin el consentimiento de sus aliados europeos y en contra de las recomendaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica, que previamente había advertido sobre los riesgos de ataques a instalaciones nucleares.

Lo más importante: los ataques se produjeron en un momento en que las negociaciones entre Irán y Estados Unidos sobre el acuerdo nuclear estaban en su fase final. Los negociadores ya habían logrado un progreso parcial, pero todo se estancó tras el inicio de los ataques israelíes.

Para Irán, esto puede ser un motivo para abandonar por completo el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), lo que privaría a la comunidad internacional del acceso a información sobre su programa atómico.

Sea como sea, el ataque de Estados Unidos ha abierto una nueva fase del conflicto, en la que el escenario de una escalada controlada parece cada vez menos probable. Lo que viene: la reacción de Teherán y sus consecuencias para el petróleo, la inflación, la liquidez en dólares y todo el espectro de activos globales.

Que dicen los analistas: el dólar como "refugio obligado", el petróleo como detonante

A pesar de la magnitud limitada de la reacción del mercado, para muchos inversores es evidente: las consecuencias del ataque pueden ser mucho más profundas que lo que muestran los gráficos actuales.

La cuestión clave es la respuesta de Irán. Mientras no se produzca, los mercados oscilan entre la esperanza de una localización del conflicto y el temor a su expansión. Es precisamente esto lo que mantiene la demanda de dólares y petróleo, configurando una nueva estructura de expectativas.

Los analistas coinciden en que el dólar ha recuperado su estatus de "refugio obligado": no por preferencia, sino por necesidad. Según el estratega de mercado Neil Birrell, el billete verde sigue siendo la moneda más segura en momentos de turbulencia global, a pesar de haber sufrido presiones en los últimos meses debido a la política comercial y fiscal de Estados Unidos y a ventas por posiciones cortas.. Ahora, vuelve a percibirse como una herramienta de protección contra el caos.

Esta opinión es compartida por su colega Jayati Bharadwaj de TD Securities: la experta señala que la geografía del conflicto —Oriente Medio, y no América— favorece al dólar como refugio. Sin embargo, toda la atención está ahora centrada en el estrecho de Ormuz. Si Irán decide bloquearlo, el dólar y otras divisas refugio recibirán un fuerte impulso al alza, y los mercados una nueva oleada de volatilidad.

 Trump bombardea Irán: los mercados en pánico, el dólar se dispara

El escenario de cierre del estrecho de Ormuz sigue siendo el principal detonante para el mercado petrolero. Según estimaciones de Morgan Stanley, en caso de una mayor escalada, los precios del petróleo podrían consolidarse por encima de los $80, mientras que una resolución rápida podría devolverlos a los $60.

Por ahora, los operadores apuestan por una subida: el Brent ya ha subido un 11% desde el inicio del conflicto y ha superado los 81 $ por barril en las operaciones asiáticas. Al mismo tiempo, el salto en los precios del petróleo puede convertirse en un impulso inflacionario y, como consecuencia, en un factor de presión sobre los bonos y el consumo.

La analista Evguenia Molotova también señala los riesgos de una mayor volatilidad: "La situación cambia literalmente cada hora. La reacción será seria solo si Irán bloquea Ormuz o ataca objetivos estadounidenses. Mientras eso no ocurra, los mercados mantienen un optimismo cauteloso, pero el equilibrio es extremadamente frágil".

Una opinión similar comparte el estratega Charu Chanana: "Es un punto de inflexión.Si el dólar logra mantener el crecimiento a pesar del consenso bajista de los últimos meses, eso cambiará por completo el panorama de los activos estadounidenses. Pero si la escalada resulta ser de corto plazo, el dólar volverá a caer".

Otro matiz importante lo destaca Antti Ilvonen de UBS: "Europa sufrirá más por el shock petrolero que EE. UU. Y eso significa que el dólar podría obtener una ventaja adicional como activo global de refugio, en medio de la presión sobre el euro y la libra".

Mientras tanto, los gestores de fondos ya están reduciendo la exposición a acciones, aumentando la cobertura y trasladando capitales a activos más líquidos. Aún no hay ventas masivas, pero la estructura de posicionamiento claramente está cambiando.

Cada vez más, los comentarios se centran no tanto en la alarma, sino en el cálculo frío: si la escalada se prolonga, esto implicará una demanda sostenida tanto para el dólar como para el petróleo, dos señales interrelacionadas pero de dirección opuesta para los inversores. Uno promete seguridad, el otro riesgo, y los mercados ahora están eligiendo el mal menor.

¿Qué hacer con el dólar: operar el miedo o la estrategia?

La pregunta que preocupa a todos los participantes del mercado de divisas es: ¿el actual crecimiento del dólar es una nueva fortaleza sostenible o solo un impulso derivado del shock geopolítico? La respuesta depende del horizonte con el que se opere.

Los operadores tácticos, en el corto plazo, casi unánimemente se orientan hacia el dólar como moneda refugio. Esto se confirma en la dinámica de todos los principales cruces: el dólar se fortalece frente al yen, el euro, el australiano y la libra, y el índice DXY se aleja de los mínimos locales. En este contexto, es evidente la apuesta por la continuación del fortalecimiento en los próximos días, al menos hasta que haya claridad respecto a las acciones de respuesta de Irán.

El principal riesgo es la pérdida de inercia. Si el conflicto resulta ser limitado, los mercados se reorientarán rápidamente hacia los datos internos y las expectativas monetarias. En ese caso, el dólar podría volver a estar bajo presión, especialmente si los datos de inflación en EE. UU. son débiles y la retórica de la Fed sigue siendo moderada.

Por eso, las posiciones largas en dólares en las condiciones actuales representan una operación basada en el miedo, no en los fundamentos. Deben estar acompañadas de una alta disciplina y un stop claro.

El panorama a medio plazo es más complejo. La recuperación de la confianza en el dólar en medio del caos geopolítico puede cambiar parcialmente el sentimiento: de una venta cautelosa a una recuperación selectiva de posiciones largas. Esto aplica especialmente a quienes anteriormente vendieron agresivamente el dólar bajo la lógica "anti-arancelaria".

Qué pueden hacer los operadores:

– Las posiciones moderadamente largas en dólares frente a divisas de mercados emergentes y monedas ligadas a materias primas (AUD, NZD, CAD) mantienen potencial, especialmente si el petróleo continúa subiendo.

– USD/JPY sigue siendo el par principal para jugar con la geopolítica: el yen japonés muestra debilidad ante el aumento de las rentabilidades en EE. UU., y es aquí donde el dólar muestra mayor inercia.

– El par EUR/USD puede ser una amenaza latente: la economía europea es más vulnerable al aumento de precios de la energía, lo que hace al euro potencialmente más débil si la escalada continúa.

– El petróleo es el indicador clave para evaluar los próximos movimientos: su subida apoyará la demanda de dólares, especialmente en el contexto de expectativas de bloqueo del estrecho de Ormuz.

Por último, conviene recordar: si Teherán responde de forma simétrica o bloquea Ormuz, el dólar podría salir de la fase de refugio y entrar en una fase de fortalecimiento agresivo, ya no solo como refugio, sino como activo que recibe apoyo directo del éxodo global hacia la liquidez.

Analyst InstaForex
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