El acuerdo comercial UE–EE. UU. vuelve a estar en el centro de un acalorado debate, con críticos que ahora lo califican de capitulación de Europa, una etiqueta asombrosa pero bastante dura.
Según Josep Borrell, exjefe del servicio diplomático de la UE, el acuerdo comercial firmado entre la Unión Europea y Estados Unidos a finales de julio aportará más beneficios a Washington que a los países europeos.
“Pero creo que es el resultado de una mala estrategia, más una rendición que una negociación. Sigue la vieja estrategia de los matones”, subrayó Borrell. “Da la impresión de debilidad y sumisión a las exigencias de Trump”, añadió.
Borrell sostuvo que el arancel aduanero del 15% acordado no era más que una concesión. “Estados Unidos amenazó con aranceles del 30%, luego ofreció el 15%, y se espera que estemos agradecidos”, comentó.
Anteriormente, Trump lanzó una guerra comercial contra 185 países. En abril, el arancel base de importación se fijó en el 10%, pero para los principales aliados de Washington, incluida la UE, la tasa fue mucho más alta. Tras anunciar la guerra comercial, la Casa Blanca se dio una pausa de 90 días antes de imponer derechos prohibitivos a las importaciones de 75 países. Trump expresó su esperanza de que durante este periodo se pudieran alcanzar acuerdos de compromiso.
A finales del mes pasado, ambas partes alcanzaron un acuerdo. Los términos clave exigían que los países europeos compraran productos energéticos estadounidenses por valor de 750.000 millones de dólares y que la UE invirtiera 600.000 millones de dólares en la economía estadounidense. En este contexto, el arancel del 15% fue visto por los expertos como el mejor resultado que Bruselas podría haber esperado en las conversaciones con Washington.