Últimamente, el dólar estadounidense ha ido perdiendo rápidamente su atractivo entre los inversores. Los analistas están preocupados por el futuro de la moneda estadounidense, ya que las perspectivas son cada vez más pesimistas. Incluso los expertos de Goldman Sachs parecen haber renunciado al dólar estadounidense. Dudan que el dólar pueda recuperarse pronto en medio de los riesgos asociados con la incertidumbre política y la situación epidemiológica desfavorable. Un trasfondo tan negativo significa una caída inevitable del dólar estadounidense frente a todas las demás grandes divisas. En una nota a los inversores, Goldman Sachs recomendó tomar posiciones cortas en el dólar estadounidense. Vender en corto la divisa implica venderla con la intención de volver a comprarla más tarde a un precio menor, apostando así por su depreciación. Los expertos también señalaron que las probabilidades de un repunte en la moneda estadounidense eran bastante bajas dado el retraso en el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus y las próximas elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Según Ulf Lindahl, director de inversiones de AG Bisset, “la moneda estadounidense se hundirá un 36% frente al euro durante el próximo año, llevándola a niveles que no vistos en más de una década”. El dólar estadounidense ya ha caído casi un 11% desde su pico de 2020 frente a una canasta de otras monedas importantes.
