United Airlines Holdings Inc. sufrió recientemente un contratiempo cuando uno de sus aviones Boeing 777-300 tuvo que regresar al aeropuerto Kingsford Smith de Sydney debido a una fuga de combustible detectada poco después del despegue. Se trata del quinto problema operativo que sufre la aerolínea en poco más de una semana.
El incidente afectó al vuelo 830 de United Airlines que se dirigía a San Francisco. El avión transportaba un total de 183 personas, 167 pasajeros y 16 miembros de la tripulación. Afortunadamente, el incidente no causó víctimas y todos los pasajeros desembarcaron sanos y salvos. Al aterrizar, el avión fue recibido por los bomberos en respuesta a un vídeo que captaba una fuga de líquido de la zona de las ruedas durante el despegue. Los pasajeros pasaron la noche en el avión y al día siguiente tomaron un vuelo a San Francisco.
Curiosamente, unas horas antes de este incidente, un Boeing 787 Dreamliner en un vuelo de Sydney a Auckland sufrió un problema técnico que hirió a 50 pasajeros, entre ellos una persona que se golpeó contra el techo de la cabina. Ambos incidentes están siendo investigados actualmente, lo que se suma al creciente escrutinio al que se enfrenta Boeing por parte de diversas investigaciones gubernamentales.
El Secretario de Transporte de EE.UU., Pete Buttigieg, ha subrayado la necesidad de que Boeing aplique importantes mejoras en sus procedimientos de seguridad y normas de fabricación. La Administración Federal de Aviación, bajo la autoridad de Buttigieg, ha iniciado otra investigación sobre Boeing. Buttigieg ha insistido en la importancia de que Boeing coopere plenamente con todos los organismos de investigación, incluidos el Departamento de Justicia y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte.
Un reciente informe publicado por The New York Times destacaba que Boeing no superó 33 de las 89 inspecciones de la FAA tras un incidente con un avión de Alaska Airlines. Estas inspecciones formaban parte de una exhaustiva auditoría de seis semanas en la que se detectaron varias deficiencias en diversos aspectos del modelo 737 Max; éstas se dieron a conocer en una presentación sobre los resultados de la auditoría.
El informe también reveló que Spirit AeroSystems, el fabricante de la carrocería del avión, no cumplió en siete de las 13 auditorías. Uno de los casos destacados se refería al uso incorrecto de jabón líquido Dawn para lubricar una junta de puerta en un procedimiento de "ajuste".