Según los datos más recientes publicados el 13 de marzo de 2024, Nueva Zelanda ha experimentado una marcada disminución en la migración permanente a largo plazo durante el mes de enero de 2024. En diciembre de 2023, el indicador se situaba en 7260 personas, pero en enero de 2024 ha descendido significativamente a 2870 personas. Esta reducción del flujo migratorio podría tener diversas implicaciones en la economía y el mercado laboral del país, así como en el crecimiento demográfico y la diversidad cultural. Las autoridades y analistas estarán atentos a futuras tendencias para comprender mejor este cambio en los patrones migratorios y sus posibles consecuencias a largo plazo en la sociedad neozelandesa.