En su reunión del viernes, el banco central ruso decidió mantener su tipo de interés oficial en el 16,00%, una decisión que se esperaba con impaciencia. Los responsables políticos observaron que, a pesar de la relajación gradual, la inflación sigue siendo elevada.
El consejo del banco central, dirigido por la gobernadora Elvira Nabiullina, concluyó que es demasiado pronto para predecir futuras tendencias desinflacionistas. El banco emitió un comunicado en el que subrayaba la necesidad de mantener unas condiciones monetarias restrictivas en la economía durante un largo periodo, proyectando el retorno de la inflación al objetivo en 2024 y previendo su estabilización en torno al 4%.
El banco señaló que las condiciones monetarias empezaron a endurecerse tras la subida de tipos en la segunda mitad de 2023. Según los datos oficiales preliminares más recientes, aunque la inflación de los precios al consumo mostró signos de desaceleración en marzo, la inflación anual mantiene la tasa de febrero del 7,7%.
El banco prevé que la inflación disminuya hasta el 4,0-4,5 por ciento en 2024 y se estabilice finalmente en torno al 4 por ciento. En el primer trimestre de 2024, se prevé que la economía rusa experimente un rápido crecimiento, estimulado por una robusta actividad de consumo y un aumento de la demanda de inversión. Sin embargo, el banco también advirtió de que, a medio plazo, los riesgos de inflación siguen inclinándose al alza.