El jueves se evitó por los pelos una posible catástrofe en el Aeropuerto Nacional Reagan de Washington D.C., cuando dos aviones de JetBlue y Southwest Airlines estuvieron a punto de colisionar. Este incidente es el último de una serie de cuasi accidentes en aeropuertos estadounidenses, según informa NBC News.
La Administración Federal de Aviación (FAA) está investigando los factores que provocaron este accidente.
Las comunicaciones de control aéreo captaron cómo los controladores ordenaban apresuradamente al vuelo de JetBlue, un Embraer ERJ-190 con destino a Boston, que abortara su despegue. Esta orden se emitió después de que un Boeing 737 Max 9 de Southwest Airlines, con destino a Orlando, empezara a cruzar la pista antes que el vuelo de JetBlue. Ambos aviones pararon inmediatamente, deteniéndose a menos de 400 pies el uno del otro mientras intervenían los controladores.
La razón por la que se permitió a ambos aviones ocupar la misma pista al mismo tiempo sigue sin estar clara. Afortunadamente, no hubo heridos. Tras la casi colisión, el vuelo de JetBlue regresó a la salida de la pista y partió hacia Boston Logan. Por su parte, el vuelo de Southwest Airlines recibió instrucciones de continuar a través de la pista antes de dirigirse a una segunda pista, donde también despegó con éxito hacia Orlando, según lo previsto.
Los expertos del sector opinan que un incidente de este tipo pone de manifiesto los escasos márgenes de seguridad de los sobrecargados controladores aéreos. Esta cuasi colisión es sólo uno de los muchos incidentes de este tipo que se han producido recientemente en aeropuertos estadounidenses, por lo que es imperativo que se apliquen protocolos de seguridad sólidos para evitar episodios similares en el futuro.
