El real brasileño se ha fortalecido a aproximadamente 5.66 frente al USD, acercándose a su posición más robusta desde noviembre de 2024, previamente observada en 5.65 el 19 de marzo. Esta apreciación surge de una mezcla de elementos que minimizan las repercusiones de las tensiones comerciales de EE.UU. La exposición directa limitada de Brasil a las exportaciones hacia el reciente arancel del 10% de EE.UU.—que afecta a un estimado de $2 mil millones de exportaciones mientras protege sectores críticos como aeronaves, acero y petróleo—ha ayudado a mitigar cualquier efecto adverso. Además, el diferencial de rendimiento favorable, las intervenciones estratégicas del Banco Central de Brasil mediante swaps de divisas para estabilizar las fluctuaciones del mercado, y las políticas domésticas sólidas dirigidas a la gestión de la inflación han mejorado significativamente la confianza de los inversionistas. Estos factores, combinados con la debilidad general del dólar y las influencias compensatorias entre sus pares orientados hacia las materias primas, han mantenido la atractividad de Brasil para el carry trade. Esto es cierto incluso ante los riesgos potenciales, ya que las presiones inflacionarias en EE.UU. podrían eventualmente limitar la capacidad de Brasil para flexibilizar su política monetaria y aumentar los costos externos de endeudamiento.