A mediados de abril, el real brasileño se apreció a poco más de 5.78 por USD, marcando su posición más fuerte en casi tres semanas. Este movimiento siguió a un debilitamiento del dólar estadounidense, influenciado por la renovada crítica del Presidente Trump al Presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y al incremento de la expectativa en el mercado sobre recortes en las tasas de interés de la Fed. Estos factores impulsaron a los inversores a buscar inversiones con mayor rendimiento. Concurrentemente, los fuertes flujos de exportación de commodities han fortalecido la posición económica externa de Brasil. Notablemente, China ha reducido significativamente sus importaciones de crudo estadounidense en un 90%, redirigiendo sus compras de petróleo crudo y soja hacia productores brasileños. Además, a pesar de que India impuso impuestos al acero, una leve recuperación en los futuros de mineral de hierro chino ha apoyado la continuidad de los envíos brasileños. Además, las energizadas negociaciones sobre el largamente retrasado acuerdo comercial Mercosur-UE, junto con la reafirmación del Presidente del Banco Central, Gabriel Galípolo, de una estrategia centrada en los datos para reducir la inflación, han fortalecido la confianza en el marco de políticas macroeconómicas de Brasil, brindando respaldo adicional a la moneda local.