La libra esterlina subió a $1.355, acercándose a su nivel más alto en tres años desde el 26 de mayo, impulsada por el aumento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, junto con nuevos aranceles estadounidenses sobre los metales. El presidente Trump reveló intenciones de aumentar los aranceles sobre el acero y el aluminio, mientras que China acusó a Estados Unidos de violar su último acuerdo comercial y prometió represalias. Además, el sentimiento positivo con respecto a la economía del Reino Unido apoyó a la libra. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha aumentado la proyección de crecimiento del Reino Unido para 2025 del 1.1% al 1.2%, aunque advirtió a la canciller Rachel Reeves que ejerza prudencia fiscal en anticipación de su Revisión de Gastos del 11 de junio. La inflación continúa persistiendo, con los precios de los comestibles aumentando un 4.1% en mayo, marcando la tasa más alta desde febrero de 2024, según Kantar. Por consiguiente, las expectativas del mercado ahora pronostican alrededor de 40 puntos básicos de reducciones de tasas de interés por parte del Banco de Inglaterra para finales de año.