El real brasileño se apreció a 5.50 frente al dólar estadounidense, acercándose a su marca más fuerte en ocho meses, registrada en 5.491 el 19 de junio. Este aumento fue impulsado por un dólar más débil y condiciones internas favorables. La derogación del impuesto IOF sobre los flujos de portafolio por parte del Congreso eliminó una barrera fiscal que anteriormente había incrementado el costo de la inversión extranjera, aumentando así la demanda de reales. Además, las cifras de inflación de mediados de mes para junio indicaron una tasa general del 5.27%, por debajo del 5.31% anticipado, lo que sugiere una disminución de las presiones sobre los precios y refuerza las expectativas de que la tasa Selic se mantendrá en su nivel restrictivo en lugar de aumentar. A nivel externo, la inesperada contracción del 0.5% de la economía estadounidense en el primer trimestre y los testimonios de la Reserva Federal enfatizando un enfoque cauteloso llevaron al índice del dólar a su punto más bajo desde principios de 2022. Esto destacó la significativa diferencia en la tasa real de Brasil. Además, los fuertes flujos de capital de las subastas de petróleo del presal y un resurgimiento en las exportaciones agrícolas han reforzado aún más la fortaleza del real.