El índice del dólar experimentó un descenso, alcanzando los 97.1 el viernes, marcando su punto más bajo desde febrero de 2022. Esto contribuye a una caída de casi el 2% esta semana, impulsada por las crecientes anticipaciones de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal. En un reciente testimonio ante el Congreso, el presidente de la Reserva Federal, Powell, adoptó una postura notablemente dovish, indicando que sin las presiones inflacionarias de los aranceles, la Fed habría mantenido su trayectoria de recortes de tasas. Además, han surgido informes que sugieren que el presidente Trump podría nominar un sucesor para el presidente de la Fed tan pronto como en septiembre u octubre. Esto podría establecer potencialmente una estructura de liderazgo "en la sombra", orientando la política monetaria hacia un enfoque más dovish. Paralelamente, las cifras económicas de EE. UU. revelaron una disminución del 0.3% en los gastos de consumo personal para mayo, marcando la caída más pronunciada de este año. La medida de inflación preferida por la Fed, el índice de Gastos de Consumo Personal subyacente (excluyendo alimentos y energía), aumentó un 0.2%, superando ligeramente las expectativas. En consecuencia, el dólar se ha debilitado hasta su punto más bajo en tres años y medio frente al euro y la libra esterlina, alcanzando también mínimos de varios meses frente a otras divisas.