El rendimiento del bono gubernamental a 10 años de Brasil ha disminuido aproximadamente al 13.8%, marcando su punto más bajo este año. Este movimiento está influido por la mejora de los indicadores fiscales, el aumento de las inversiones en deuda de mercados emergentes y el cambio en las expectativas monetarias. Los datos del Tesoro revelan que el déficit primario de mayo se ha reducido a R$40.6 mil millones, significativamente por debajo de los niveles anticipados. Esta mejora ha impulsado el saldo acumulado de 12 meses a un modesto superávit, alineándolo dentro del rango objetivo oficial y mitigando preocupaciones respecto a la sostenibilidad de la deuda. Además, la decisión del Banco Central de Brasil de elevar la tasa Selic al 15%, junto con indicaciones en las actas de las reuniones de que las tasas se mantendrán en niveles restrictivos por un "periodo muy prolongado" para asegurar la convergencia de la inflación, ha fortalecido la confianza en la trayectoria desinflacionaria de Brasil, alentando así la compra de bonos a largo plazo. A la par, las crecientes expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal han motivado a los inversionistas extranjeros que buscan mayores rendimientos a canalizar fondos en bonos de alto rendimiento. Según JPMorgan, los diferenciales en los bonos soberanos de mercados emergentes y los retornos de la deuda local están actualmente en sus niveles más estrechos y altos desde 2022.