Durante su reunión de julio, el Banco Central Europeo decidió mantener las tasas de interés en sus niveles actuales, señalando la conclusión de su reciente ciclo de flexibilización tras ocho reducciones sucesivas. Estas reducciones habían disminuido previamente los costos de endeudamiento a su nivel más bajo desde noviembre de 2022. La tasa principal de refinanciamiento se mantiene estable en 2.15%, con la tasa de facilidad de depósito en 2.0%. Los responsables de la política monetaria han adoptado un enfoque cauteloso, optando por monitorear el impacto continuo de las incertidumbres comerciales y las posibles implicaciones de los aranceles propuestos por los Estados Unidos en el crecimiento económico y la inflación. Notablemente, la inflación alcanzó el objetivo del 2% del BCE en junio, lo que justifica aún más la decisión de pausar los ajustes de política.