El lunes, el índice Ibovespa retrocedió un 0,5%, cerrando en 145,109. Esta caída se produjo en un contexto de diversas perturbaciones políticas, fiscales y del mercado que perjudicaron el ánimo de inversión. Las recientemente impuestas sanciones de EE. UU. dirigidas a destacados funcionarios brasileños, junto con la revocación de visas para importantes autoridades judiciales, intensificaron las tensiones diplomáticas y sugirieron posibles interrupciones en las relaciones comerciales. Estos acontecimientos contribuyeron a una mayor percepción de riesgos soberanos y regulatorios para los activos brasileños. Los asuntos fiscales agravaron aún más la situación, ya que el gobierno anunció recortes de gastos mayores de lo esperado y continuó negociando medidas temporales que afectan impuestos e ingresos, creando así incertidumbre sobre las perspectivas fiscales a corto plazo. Sumándose al tumulto del mercado, la inesperada emisión de acciones por R$10 mil millones de Cosan llevó a una caída del 18,5% en el precio de sus acciones, lo que provocó una venta masiva de acciones relacionadas y redujo la liquidez general del mercado. Entre otros declives notables se encontraron Ambev, Eletrobras y Rede D’Or São Luiz, que experimentaron pérdidas que oscilaron entre aproximadamente 1,3% y 1,6%.