El real brasileño se fortaleció hacia 5.28 por dólar estadounidense, acercándose a los niveles más altos vistos desde mayo de 2024. Este desarrollo se atribuye a un debilitamiento del dólar estadounidense, una disminución de las presiones de precios internas y una postura firme por parte del banco central del país. El acuerdo alcanzado en Washington para evitar un cierre del gobierno de EE. UU. eliminó un importante atractivo de refugio seguro para el dólar, canalizando así la inversión de regreso a activos de mercados emergentes. En el ámbito interno, la tasa de inflación de Brasil se enfrió al 4.68% en octubre, quedando por debajo de las predicciones del mercado del 4.75% y alcanzando su punto más bajo desde enero, reduciendo efectivamente la prima de riesgo de Brasil. El Banco Central de Brasil, también conocido como Copom, mantuvo la tasa de interés Selic en 15% y destacó la necesidad de mantener tasas altas por un período prolongado, preservando así un diferencial de tasa de interés real sustancial. Esta política sigue atrayendo inversiones de portafolio y operaciones de carry trade en moneda extranjera hacia el real brasileño. Además, la mejora de los indicadores financieros externos y los sólidos ingresos por productos básicos este año han brindado al banco central una mayor capacidad para proteger la moneda.