El índice del dólar descendió a aproximadamente 99.4 el martes, influenciado por indicadores laborales más débiles en los EE.UU. y un aumento en la especulación de una posible flexibilización por parte de la Reserva Federal, lo que redujo la demanda del dólar estadounidense. Según los datos de alta frecuencia de ADP, los empleadores del sector privado despidieron alrededor de 11,250 empleos semanalmente durante el período de cuatro semanas que finalizó el 25 de octubre. Esta tendencia de pérdidas de empleos ha llevado a los mercados a anticipar una probabilidad de alrededor de dos tercios de un recorte de tasas de interés en diciembre, lo que ha reducido consecuentemente los diferenciales esperados de tasas de interés a corto plazo en comparación con las principales monedas. Como resultado, tanto el euro como el yen se fortalecieron, con expectativas de que el Banco Central Europeo mantenga su postura de política actual, y con los recientes movimientos de política y cambio extranjero desde Japón haciendo al yen más competitivo. Además, los avances en Washington hacia alcanzar un acuerdo para reabrir el gobierno están preparados para reanudar la difusión de datos oficiales y disminuir la demanda de refugio seguro que había fortalecido al dólar durante el cierre, contribuyendo así a la caída de la moneda.