El real brasileño se fortaleció a aproximadamente 5.54 contra el dólar estadounidense, recuperándose de los mínimos observados a principios de agosto. Este movimiento se produce mientras los inversores asimilaban cifras de inflación doméstica inferiores a las anticipadas y un debilitamiento del dólar estadounidense. La tasa de inflación de mitad de mes de Brasil se registró en un 4.41% en diciembre, alineándose estrechamente con las predicciones de 4.4% y permaneciendo dentro del rango objetivo del Banco Central de 1.5%–4.5%. Esto ha ayudado a calmar las preocupaciones inmediatas sobre el aumento de precios, respaldado la narrativa de desinflación y reducido la prima de riesgo de inflación incorporada en la moneda. Conjuntamente, el dólar estadounidense se debilitó, a pesar de un fuerte crecimiento del PIB del 4.3% en el tercer trimestre, ya que las expectativas del mercado se inclinan hacia una relajación de la Reserva Federal el próximo año y una disminución de la demanda del dólar como refugio seguro. Sin embargo, las ganancias del real están limitadas por la persistente incertidumbre política. Persisten las preocupaciones sobre los riesgos electorales vinculados a Bolsonaro y acciones legislativas recientes, como un proyecto de ley del Senado destinado a reducir la condena de Jair Bolsonaro, que crean incertidumbre sobre la consistencia de las políticas y la gestión fiscal, manteniendo así una prima de riesgo cambiaria elevada para Brasil.