Los futuros del crudo WTI subieron aproximadamente a $58 por barril el miércoles, reflejando un repunte sostenido de cinco días y marcando un pico de dos semanas. Esta tendencia al alza se atribuye a las crecientes tensiones geopolíticas. Estados Unidos continúa sus esfuerzos para incautar otro petrolero cerca de Venezuela, en medio de tácticas escaladas para ejercer presión sobre el régimen del presidente Nicolás Maduro. Aunque las exportaciones de crudo venezolano constituyen una pequeña parte del suministro global, siguen siendo una fuente crucial de ingresos para la administración de Maduro. En Europa, las hostilidades entre Ucrania y Rusia han vuelto a apuntar a activos vinculados a la energía, con un reciente ataque que dañó infraestructuras portuarias y embarcaciones en el Mar Negro. Este incidente provocó un incendio en una comunidad costera situada en una ruta principal para las exportaciones de energía rusas. Por otro lado, datos del Instituto Americano del Petróleo (API) indicaron que los inventarios de crudo aumentaron en 2.4 millones de barriles la semana pasada, junto con incrementos en los stocks de gasolina y destilados. Mirando hacia adelante, el petróleo parece encaminarse a una caída anual superior al 18%, a medida que las expectativas aumentan para que la oferta supere a la demanda en el próximo año.