El par euro-dólar continúa operando en el rango de 1,0450-1,0600, dentro del cual ha estado por segunda semana. Tanto los bajistas como los alcistas del EUR/USD no quieren tolerar este estado de cosas: lo han intentado repetidamente y siguen intentando salir de este rango, logrando un gran avance en el precio. Por ejemplo, en los dos últimos días, la iniciativa la han tomado los bajistas del par, que buscan mejorar su posición haciéndose un hueco en la zona de la 4ª figura. Hasta este punto, la pelota estaba del lado de los alcistas del EUR/USD: ellos, a su vez, intentaron mantenerse por encima de la marca de 1,0600.
De momento, ambas partes van perdiendo: tanto alcistas como bajistas. Los operadores dudan en mantener posiciones comerciales después de que el precio cruza los límites o incluso se acerca a los límites del rango anterior. Por lo tanto, hoy en día es igualmente arriesgado entrar en posiciones cortas o largas.
En mi opinión, el mercado está congelado a la espera de la publicación de mañana de los datos sobre el crecimiento del índice de precios básicos de los gastos de consumo personal en los Estados Unidos (PCE). Este factor fundamental puede provocar una fuerte volatilidad en el par, empujándolo fuera del canal de precios.
El trasfondo fundamental de ayer fue contradictorio. Los datos sobre el crecimiento del índice de precios al consumidor alemán se publicaron durante la sesión europea. El informe reflejó una desaceleración inesperada en el crecimiento de la inflación en Alemania. Todos los componentes de los datos estaban en la zona roja, contrariamente a las previsiones de la mayoría de los expertos. En términos anuales, el índice general de precios al consumidor se situó en torno al 7,6%, con una previsión de crecimiento del 8,0%. Este indicador ha estado aumentando constantemente desde febrero de 2021, y en la primavera de este año comenzó a ganar impulso, superando la marca del 7% y actualizando así el récord de 48 años. Sin embargo, el resultado de junio reflejó inesperadamente una desaceleración del crecimiento, en lugar del avance previsto hacia el objetivo del 8%.
El indicador también se quedó por debajo de los valores previstos mensualmente, finalizando en 0,1% en junio (tras un aumento de 0,9% en mayo). El índice de precios al consumidor armonizado también salió en la zona roja, tanto en términos mensuales como anuales. El índice subyacente incluso cayó al área negativa mensualmente (-0,1 %), por primera vez desde enero del año pasado.
Vale la pena señalar que los datos alemanes a menudo se correlacionan con los paneuropeos, por lo que podemos suponer que el crecimiento de la inflación de junio en la eurozona (la publicación está programada para el viernes 1 de julio) también puede decepcionar. Y aquí hay que recordar las palabras de la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, quien la semana pasada en el Parlamento Europeo dijo que la subida de septiembre es todavía una asignatura pendiente, dice, el banco central puede subir sus tipos de interés en septiembre "si la situación lo requiere". Al mismo tiempo, aseguró a los eurodiputados que en julio la tasa se incrementará solo un 0,25%. Un poco más tarde, en un foro en la ciudad portuguesa de Sintra, endureció un poco su posición y señaló que el BCE está listo para un endurecimiento más drástico de la política para frenar la inflación "si la situación lo requiere".
En otras palabras, Lagarde conserva margen de maniobra en el contexto de nuevas acciones posteriores a la reunión de julio. Si la inflación paneuropea muestra los primeros signos de desaceleración del crecimiento el viernes, la subida de tipos de septiembre volverá a estar en entredicho. Ayer sonó la primera campana de alarma: la inflación alemana ha suspendido su crecimiento, contrariamente a las previsiones opuestas de la mayoría de los expertos.
El dólar estadounidense, a su vez, también estuvo bajo presión de fondo. El caso es que se acaba de publicar la estimación final del crecimiento del PIB estadounidense en el primer trimestre. El resultado final fue revisado a la baja – de -1,5% a -1,6% en términos anuales. Pero este factor fundamental tuvo un impacto a corto plazo en el dólar. Después de todo, a juzgar por los resultados de la reunión de junio de la Reserva Federal, los miembros del banco central de EE. UU. están listos para combatir la alta inflación incluso a costa de una posible recesión. Por lo tanto, los operadores en realidad ignoraron un ligero deterioro en la estimación inicial del crecimiento del PIB.
Además, el presidente de la Fed, Jerome Powell, había brindado apoyo al dólar hoy, quien habló en el foro económico en Sintra. Y aunque se limitó a frases generales (sin precisiones sobre el ritmo de subida de tipos en julio y septiembre), Powell dejó claro que el banco central está dispuesto a endurecer la política monetaria hasta que se revierta el crecimiento inflacionario. Esta retórica ha ejercido una presión adicional sobre el par EUR/USD.
Sin embargo, a pesar del fortalecimiento general de la moneda estadounidense y los datos decepcionantes sobre el crecimiento de la inflación en Alemania, por el momento es recomendable tomar una posición de espera en el par. Repito: el informe sobre el crecimiento del índice de precios básicos de los gastos de consumo personal puede "redibujar" la imagen fundamental. Permítanme recordarles que los alcistas del dólar reaccionaron muy dolorosamente a la caída en el índice de confianza del consumidor calculado por la Universidad de Michigan. Si el PCE también resulta ser decepcionante mañana, los alcistas del EUR/USD pueden volver a los límites de la sexta cifra nuevamente.
