Mañana, 3 de octubre, el Banco de la Reserva de Australia resumirá los resultados de su reunión ordinaria de octubre. Será la primera reunión bajo la dirección de Michelle Bullock. Como saben, su predecesor, Philip Lowe, dimitió a finales de septiembre y cedió las riendas a su adjunto. Sin embargo, la reunión de octubre no es sólo interesante. Tras la publicación del último informe sobre el crecimiento de la inflación australiana, el mercado empezó a hablar de que el RBA podría decidir realizar otra ronda de subidas de tasas dentro del año en curso. En la reunión de mañana, el regulador podría insinuar un posible endurecimiento del CPM o incluso anunciar una subida de tasas en una de las dos reuniones que le quedan este año. El sentimiento de halcones entre los operadores del par Aud/USD antes de la reunión de octubre está apoyando al Ozzy. El dólar australiano está mostrando carácter y aguanta su defensa, frenando la embestida de los toros del dólar americano.
El viernes pasado, los compradores del par Aud/USD pusieron a prueba la cifra de 65, actualizando el máximo de una semana y media. El impulso alcista fue provocado por la publicación de los datos sobre el crecimiento del índice básico PCE. El indicador de inflación más importante para la Fed descendió de forma previsible, pero bastante brusca, hasta el 3,9%. Por primera vez desde septiembre de 2021, el indicador se situó por debajo de la marca del 4%. Tras esta publicación, la probabilidad de una subida de las tasas de interés de la Fed en noviembre cayó al 25% (según la herramienta FedWatch de CME).
En reacción a esta publicación, la divisa estadounidense cayó en todo el mercado, incluso en el par con el dólar australiano. Los compradores del par Aud/USD se situaron en 0,6505, ligeramente por debajo del nivel de resistencia de 0,6510 (límite inferior de la nube Kumo en el gráfico diario). Sin embargo, los compradores del par Aud/USD no pudieron mantenerse dentro de la cifra de 65: el par terminó la semana en 0,6435.
Aún así, el sentimiento alcista prevalece en el par. No sólo por el aumento de la demanda de activos de riesgo al inicio de la nueva semana de negociación (gracias al Congreso de EE.UU., que mediante decisiones de compromiso evitó el inicio del cierre), sino también por la próxima reunión del RBA.
Permítanme recordarles que, según los datos publicados la semana pasada, el índice de precios al consumo en Australia subió inesperadamente hasta el 5,2% en agosto. Tras varios meses de descenso, el IPC empezó a subir de nuevo. La estructura del informe apunta a que los aumentos de precios más significativos se produjeron en vivienda, seguros y servicios financieros, servicios de transporte, alimentos y bebidas no alcohólicas. La inflación ha empezado a repuntar y esto supone un reto para el RBA y su nuevo jefe. ¿Le seguirá una reacción del regulador? En mi opinión, sí. Al menos de carácter verbal.
Michelle Bullock, ya después de su elección, pero incluso antes de asumir el cargo, dijo en repetidas ocasiones que el RBA podría subir más las tasas de interés para hacer frente al aumento de la inflación. La inflación de agosto no ha hecho sino aumentar la confianza en que el Banco de la Reserva endurecerá su retórica.
Dicho esto, es poco probable que la tasa se eleve directamente en la reunión de octubre, ya que los miembros del regulador no tienen a mano los datos de crecimiento de la inflación del tercer trimestre. El informe correspondiente se publicará el 25 de octubre, es decir, que el RBA tendrá el panorama completo para la reunión de noviembre.
Según la mayoría de los expertos (en particular, UOB Group), mañana el Banco de la Reserva de Australia mantendrá la tasa de interés en el mismo nivel, pero cambiará la redacción de la declaración de acompañamiento, insinuando un posible endurecimiento del MPC en noviembre o diciembre. A favor de esta versión está el aumento de la inflación en agosto y el riesgo de un fuerte incremento de los salarios medios en el tercer trimestre (tras el aumento obligatorio de los salarios mínimos y de las primas). China también puede desempeñar aquí su papel indirecto: tras una serie de informes decepcionantes, China sorprendió con el crecimiento de algunos indicadores. Por ejemplo, las ventas al por menor en China crecieron un 4,6% interanual en agosto, mientras que la producción industrial creció un 4,5% interanual (con una previsión de crecimiento del 3,9%).
Así pues, los resultados de la reunión de octubre del RBA podrían apoyar a la divisa australiana, aunque el Banco Central no suba las tasas de interés. Si el regulador endurece su retórica (lo que es muy probable), los compradores podrían volver a la cifra de 65.
Desde el punto de vista técnico, el par Aud/USD se encuentra en una encrucijada. El precio en el marco temporal D1 se encuentra en la línea media del indicador de las Bandas de Bollinger, en las líneas Tenkan-sen y Kijun-sen, pero bajo la nube Kumo. Es decir, de momento no hay señales claras para el desarrollo del escenario sur o norte. Pero desde el punto de vista de los "fundamentos", las posiciones largas parecen más atractivas, ya que el dólar australiano podría mostrar su carácter en el contexto del debilitamiento del dólar americano, reaccionando a los resultados (probablemente) agresivos de la reunión de octubre de los miembros del Banco de la Reserva de Australia.
