El yen se ha acercado al nivel de 162, pero las amenazas del Banco de Japón de "reaccionar de inmediato" resultaron ser vacías y no hubo la esperada intervención. La situación no ha cambiado: el yen sigue bajo presión, su debilitamiento es consecuencia de las leyes del mercado, y nadie sabe dónde está el umbral en el que se llevará a cabo la intervención nuevamente.
Es posible que las autoridades japonesas estén tratando de frenar la rápida devaluación del yen sin recurrir a la intervención, tomando ciertas medidas. La caída del yen se aceleró después de que el Banco de Japón aplazara el anuncio de la decisión de reducir la compra de bonos, lo que habría sido interpretado como el inicio del endurecimiento cuantitativo. El rendimiento de los bonos del BoJ está aumentando, las tasas de compra compensan los problemas relacionados con el vencimiento y frenan parcialmente la caída del yen.
Además, Japón está preparando la emisión de un nuevo tipo de bonos con tasa de interés flotante, un paso que los mercados consideran como otra confirmación de la preparación para un futuro aumento de las tasas.
La pregunta principal ahora es: ¿habrá una intervención para frenar la devaluación del yen o las autoridades japonesas continuarán con la preparación gradual para el endurecimiento, considerando este enfoque más beneficioso incluso con un yen más débil?
La posición corta neta en JPY aumentó en la semana del informe en 1.9 mil millones, alcanzando -13.6 mil millones, con una postura claramente bajista. Al mismo tiempo, el precio calculado muestra los primeros signos de reversión.
Suponemos que las autoridades monetarias de Japón eventualmente reaccionarán, por lo tanto, a pesar de la clara tendencia alcista del par USD/JPY, no podemos recomendar las compras. Si no hay intervención, el yen podría devaluarse hasta 165-166 antes de que comiencen a implementarse medidas de endurecimiento. Si se decide intervenir, el yen podría regresar al nivel de 155 o incluso más bajo.