Durante los últimos días de negociación, los precios del mercado del gas se han estabilizado después de una importante liquidación a principios de semana. Evidentemente, el sector del gas también se ha beneficiado de la disminución de la presión de Trump sobre el sector del petróleo.
Mientras tanto, economistas y analistas no dejan de «cavilar» sobre la interrupción del tránsito de gas de Rusia a la Unión Europea a través de Ucrania. Según algunos expertos, esto reducirá las reservas en los almacenamientos de gas europeos hasta un 30-35% en abril de este año.
Muchos países de la Unión Europea ya han empezado a revisar sus estrategias energéticas, incluida la búsqueda activa de fuentes alternativas de suministro de gas. Entre esas alternativas figuran el gas licuado procedente de Estados Unidos y Oriente Medio. Sin embargo, los expertos advierten de que el cambio a otras fuentes requiere tiempo e importantes inversiones en infraestructuras.
El presidente estadounidense, Donald Trump, también ha instado en repetidas ocasiones a los políticos europeos a comprar más petróleo y gas a Estados Unidos, pero el GNL de este país no es barato, por lo que la UE sigue utilizando activamente el gas ruso y está muy contenta con ello. Pero las amenazas de aranceles y sanciones propuestas por la administración Trump han puesto a los países europeos en una situación difícil. A pesar de los llamamientos del presidente estadounidense, la dependencia europea del gas ruso sigue siendo alta. Al mismo tiempo, la creciente demanda de energía está impulsando a la Unión Europea a considerar fuentes de energía alternativas, incluidas las renovables y la energía nuclear. Sin embargo, la transición a opciones más sostenibles y limpias lleva tiempo y requiere importantes inversiones.
Sin embargo, los riesgos a corto plazo siguen siendo elevados. Aunque aumenten las reservas de gas alternativo y se desarrollen las fuentes renovables, un invierno frío o picos de demanda podrían provocar escasez. La Unión Europea se enfrentará así al reto de equilibrar la seguridad energética con la transición a fuentes de energía sostenibles.
Mientras tanto, el gas ruso ha llegado a Eslovaquia, que quedó aislada de las anteriores rutas gasísticas después de que Kiev se negara a prorrogar su contrato de tránsito con Gazprom, a través del sistema de gasoductos Turkish Stream. Así lo anunció recientemente el director de la compañía eslovaca de gas SPP, Vojtech Ferenc. Señaló que el nuevo suministro de gas procedente de Rusia contribuye a la estabilidad del sistema energético eslovaco y reduce los riesgos de escasez de energía en el periodo invernal. Según Ferenc, a pesar de los retos geopolíticos actuales, SPP trabaja activamente en la diversificación de las fuentes de suministro de gas, lo que permite al país depender menos de un único proveedor.
Además, las autoridades eslovacas estudian aumentar las importaciones de gas de países vecinos como Hungría y Polonia, lo que contribuirá a reforzar aún más el suministro energético.
Sin embargo, a pesar de los éxitos actuales, las perspectivas a largo plazo dependen de la estabilidad política en la región, las próximas sanciones y la posibilidad de ampliar las infraestructuras. Con la transformación energética mundial, Eslovaquia necesita adaptarse a las nuevas realidades para garantizar un suministro energético fiable para su economía y sus ciudadanos.
En cuanto al panorama técnico del GN, los compradores deben pensar en volver a 3,422. Una ruptura de este rango abre un camino directo hacia 3,567, así como hacia el nivel mayor de 3,734. El objetivo más lejano será la zona de 3,915. En caso de seguir bajando, el primer nivel de soporte se sitúa en 3,268, cuya ruptura llevará al instrumento de negociación rápidamente a 3,104, y el objetivo más lejano será la zona de 2,922.
