El euro ha quedado por detrás del oro en la carrera por el dominio de las reservas, ya que los bancos centrales recurren cada vez más al metal precioso.
Según el Banco Central Europeo, el oro se ha convertido ahora en el segundo activo de reserva más importante para los bancos centrales, atrayendo a inversores que lo ven como un refugio seguro en tiempos de incertidumbre geopolítica.
El BCE atribuye esto a las compras récord y al aumento de los precios que han impulsado al oro a esta posición. En 2024, los lingotes de oro representaban el 20% de las reservas oficiales globales. En comparación, el dólar estadounidense representaba el 46%, mientras que el euro solo representaba el 16%.
El reciente aumento de los precios del oro ha sido impulsado en gran medida por las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, lo que ha llevado a muchos inversores a buscar refugio en el metal precioso como el activo refugio por excelencia. La tendencia global hacia la desdolarización ha alimentado aún más esta demanda.
El BCE señala que las reservas globales de oro de los bancos centrales han aumentado hasta niveles cercanos a los récords de la posguerra. Las reservas actuales se acercan a las de 1965, cuando las tenencias de oro alcanzaron un máximo de 38.000 toneladas métricas.
A pesar de no ofrecer rendimiento y de implicar elevados costos de almacenamiento, el oro sigue siendo muy atractivo para los inversores gracias a su liquidez, inmunidad al riesgo de contraparte y protección frente a sanciones. Muchos bancos centrales también consideran el oro como un escudo frente a la creciente inestabilidad geopolítica y el aumento de la deuda soberana de EE.UU.
El BCE añade que, en los últimos tres años, las naciones alineadas geopolíticamente con China y Rusia han ampliado sus reservas de oro de forma más agresiva que otras.
