Sam Bankman-Fried, el ex director ejecutivo del intercambio de criptomonedas FTX, ha caído en desgracia. A principios de noviembre, su patrimonio neto estaba valorado en $26 mil millones. Una semana después, se desplomó a $1 mil millones.
No hace mucho, era uno de los jóvenes multimillonarios más prometedores de la industria de las criptomonedas. Ahora es un paria odiado por muchos participantes del mercado. El colapso de FTX no solo le costó dinero, sino también su reputación y el respeto de toda la comunidad de criptomonedas. FTX, que fue una creación de Bankman-Fried, se declaró en bancarrota anteriormente en los Estados Unidos después de enfrentar una crisis de liquidez que empeora rápidamente. El anuncio de la declaración de bancarrota indicó que su fundador renunciaría como director ejecutivo. Fue reemplazado por John Jay Ray III como director interino de la empresa.
Según The New York Times, FTX debía un total de $8 mil millones. Su gestión no logró recaudar los fondos necesarios para mantener la liquidez. El colapso del intercambio conmocionó al sector de las criptomonedas y fue la mayor quiebra de la industria este año.
