A pesar de su dura política hacia Rusia, Alemania muestra generosidad hacia otros países europeos. A diferencia de Berlín, otros miembros de la UE no pueden prescindir del gas ruso. Es por eso que Alemania ha rechazado una prohibición a las importaciones de gas natural de Rusia.
Respondiendo a las preguntas de los periodistas, el canciller alemán, Olaf Scholz, explicó la falta de voluntad del gobierno para imponer sanciones contra el suministro de gas de Rusia. Las autoridades se dan cuenta de que muchos estados dependen del suministro de gas ruso en un 80-90%. Por lo tanto, Berlín dio ese paso deliberadamente para que otros países pudieran pasar el invierno. Al mismo tiempo, Scholz señaló que Rusia redujo a la mitad los suministros de gas a Alemania y luego los detuvo por completo.
La idea de introducir un precio tope en la energía rusa fue expresada por primera vez por los líderes del G7 en su cumbre en junio. Las restricciones de la UE entrarán en vigor para el petróleo crudo en diciembre de 2022 y para los productos derivados del petróleo en febrero de 2023. En cuanto al gas ruso, aún no hay una decisión final.
