El índice de precios al consumidor (IPC) en Australia mostró una desaceleración, alcanzando un 2,4% en el cuarto trimestre de 2024, según los datos más recientes actualizados hasta el 29 de enero de 2025. Este indicador refleja una baja respecto al trimestre anterior, cuando el IPC se situó en el 2,8% durante el tercer trimestre del mismo año.
Este descenso en la tasa de inflación marca una tendencia de ralentización en el incremento de los precios al consumidor, proporcionando un respiro tanto para los consumidores como para los formuladores de políticas económicas que buscan controlar el alza de precios. Comparando con el mismo trimestre del año anterior, este cambio ofrece una señal positiva para la economía australiana, sugiriendo que las presiones inflacionarias podrían estar disminuyendo.
La comparación anual muestra que, mientras que el incremento previo reflejaba una subida más pronunciada, la cifra actual de 2,4% indica un ritmo más moderado en el aumento de precios, proporcionando un contexto parcialmente optimista para las perspectivas económicas del país. La desaceleración podría incentivar un análisis más profundo sobre las políticas monetarias y fiscales vigentes, y su efectividad en el control de la inflación en el largo plazo.
