El viernes, el dólar estadounidense mantuvo su posición frente a las principales divisas, ya que el volumen de transacciones fue mínimo debido al feriado de Viernes Santo, lo que mantuvo muchos mercados mundiales cerrados. Esta actividad limitada hizo que el dólar se mantuviera cerca de su mínimo de tres años. La presión sobre el dólar surgió de preocupaciones sobre las consecuencias económicas de los aranceles y la creciente imprevisibilidad política bajo la administración Trump. No obstante, el sentimiento del mercado comenzó a estabilizarse cuando Estados Unidos inició discusiones comerciales con socios importantes como Japón e Italia. Además, el Presidente Trump sugirió un posible alivio de las tensiones comerciales con China, expresando que no desea que los aranceles aumenten más y que podría incluso contemplar reducirlos en el futuro. Paralelamente, Trump criticó al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, por retrasar los recortes de tasas, sugiriendo que la destitución de Powell "no puede llegar lo suficientemente rápido". En respuesta, Powell enfatizó el miércoles que la Fed está evaluando cautelosamente los efectos de los aranceles antes de tomar cualquier acción. Económicamente, las solicitudes de subsidio por desempleo cayeron a un mínimo de dos meses, reflejando un robusto mercado laboral.