El Banco de México redujo su tasa de interés de referencia en 50 puntos básicos, situándola en 8.00% el 26 de junio. Esta decisión siguió a un aumento en la inflación anual al 4.51% a mediados de junio y a una expansión moderada de la economía doméstica en abril, a pesar del rezago económico persistente. El anuncio destacó la posibilidad de reducciones adicionales de 50 puntos básicos, sugiriendo que el proceso de desinflación en curso podría permitir medidas adicionales de flexibilización, aunque de manera controlada. No obstante, el banco central permanece alerta ante importantes incertidumbres globales—incluyendo disputas comerciales y tensiones geopolíticas—que podrían potencialmente provocar inflación a través de la depreciación del peso o exacerbar la desaceleración económica. Aunque la trayectoria hacia alcanzar la meta de inflación del 3% progresa tal como se anticipaba, con expectativas de lograr este objetivo para el tercer trimestre de 2026, los miembros de la junta enfatizaron la necesidad de un enfoque de política flexible para gestionar las expectativas de inflación y salvaguardar la estabilidad financiera, especialmente en el contexto de la reciente apreciación del peso.