Los futuros del crudo Brent se estabilizaron en aproximadamente $69.6 por barril el viernes, manteniendo un aumento del 1.5% respecto a la sesión anterior. Esto fue impulsado por expectativas de una reducción en la oferta y un pronóstico mejorado de la demanda. Las interrupciones en la región del Kurdistán en Irak debido a ataques con drones redujeron la producción hasta en 150,000 barriles por día. Mientras tanto, la continua inestabilidad regional y las acciones militares israelíes en Siria contribuyeron a las incertidumbres del mercado. En el panorama económico más amplio, los sólidos datos económicos de EE.UU. aliviaron las preocupaciones de crecimiento a pesar de las tensiones comerciales en curso, y las cifras de PIB de China mejor de lo esperado reforzaron las expectativas de demanda de los principales consumidores. Reforzando aún más este sentimiento, los inventarios de crudo de EE.UU. cayeron significativamente la semana pasada, alineándose con los hallazgos de la Agencia Internacional de Energía de que el aumento de la producción no ha resultado en mayores reservas, lo que indica una fuerte demanda. Sin embargo, el petróleo está listo para un descenso semanal superior al 1%, el primero en tres semanas. Esto ocurre después de que el Presidente Trump diera un ultimátum a Rusia, otorgándoles un plazo de 50 días para negociar un alto el fuego, lo que alivió los temores de que nuevas sanciones pudieran interrumpir los suministros globales de crudo.